“Su misericordia se extiende de generación en generación”, (Lc1,50), este lema nos lanza el Papa Francisco como propuesta para vivir la III Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, en el año 2023.
Y en este año, de modo especial, el Papa realiza la conexión entre personas mayores y la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Lisboa dentro de unos días.
Les lanza a nuestros abuelos y mayores el encargo de que recen por los peregrinos y voluntarios, e igualmente invita a los jóvenes a interactuar con ellos, promoviendo así un intercambio cultural e intergeneracional.
Y un reto “es un encuentro entre todos, para todos y con todos”, donde incluso los ancianos tienen su lugar ya que en Lisboa habrá voluntarios jubilados que han aprovechado esta oportunidad de la JMJ para servir en áreas en las que son especialistas.
“No podemos construir el presente sin conocer el pasado de aquellas personas que lo han hecho posible. Nadie es demasiado mayor para formar parte de esta gran familia de hermanos y hermanas”, nos afirman desde el Comité Organizador Local de Lisboa 2023.
Qué importante es que los jóvenes visiten a los ancianos antes de la JMJ, tomando como ejemplo el encuentro entre María y su prima Isabel, ese momento en el que María se levantó y fue a su encuentro.
Destacamos las siguientes reflexiones que el Papa Francisco nos deja este año para esta Jornada Mundial de los abuelos y de las personas mayores para que nos sirva a levantarnos y ponernos en camino:
- “De generación en generación, su Misericordia”, pasaje del evangelio de Lucas, y nos destaca la importancia de los ancianos para la Iglesia y la sociedad: “Transmiten al presente un pasado”
- “Hablad un poco con vuestros abuelos, porque ellos os dan sabiduría”.
- “El Señor espera que los jóvenes, al encontrarse con los ancianos, acojan la llamada a custodiar la memoria y reconozcan, gracias a ellos, el don de pertenecer a una historia más grande”.
- “Efectivamente, Dios desea que, como hizo María con Isabel, los jóvenes alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran sabiduría de sus vivencias”.
- “Para los más jóvenes se trata de ir más allá de esa inmediatez en la que se confina la realidad virtual, la cual muchas veces distrae de la acción concreta; en el caso de las personas mayores se trata de no hacer hincapié en las fuerzas que decaen y de no lamentarse por las ocasiones perdidas”.
- “Antes de ponerse en camino vayan a encontrar a sus abuelos, hagan una visita a un anciano que esté solo. Su oración los protegerá y llevaran en el corazón la bendición de ese encuentro”
Como en las anteriores, el Santo Padre concederá también en esta Jornada Mundial de los abuelos y los mayores, el don de indulgencia plenaria a los fieles, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre) que participen en la solemne celebración que tenga lugar en el Vaticano o en las que, con tal motivo, se celebren en todo el mundo. Asimismo, se concederá la indulgencia a los fieles que visiten a los ancianos solos o en dificultad, como los enfermos, los abandonados, los discapacitados.
Delegación Familia y Vida
ORACIÓN POR LA 3ª JORNADA MUNDIAL DE LOS ABUELOS Y DE LOS MAYORES 2023
Virgen María, Madre de fe y de esperanza, modelo para esta humanidad replegada por la indiferencia,
hazme disponible como Tú para aceptar la voluntad de Dios, para proclamar y alabar su Misericordia.
María, Madre de fortaleza, Tú que conoces mi corazón no permitas que me desaliente.
Entrego confiadamente mi vida en tus manos.
Cura mis heridas, tu ternura me acompañe en mi camino.
Tu presencia, Madre de amor, nos lleve a experimentar la alegría de ver a nuestras familias unidas.
Ayúdame a transmitir la ternura y el Amor de Dios a mis nietos y a los jóvenes para que, además de rezar con ellos, podamos rezar juntos.
Intercede por mí, María, el don del Espíritu Santo, que me sostenga en mi debilidad;
infunda en mi corazón el consuelo para poder dejar huellas de fe entre los jóvenes,
el testimonio de la belleza de la vida, la certeza de que ésta tiene un límite y que más allá nos espera el abrazo del Padre.
Amén