Asistí como participante al Congreso Nacional de Laicos ‘Pueblo de Dios en salida’, celebrado en Madrid del 14 al 16 de febrero de 2020 en el grupo de la Archidiócesis de Sevilla.
Fue una experiencia muy gratificante desde diversas perspectivas.
La primera es de agradecimiento por formar parte de este grupo ya que ha servido de ocasión para conocernos y valorar los diversos carismas y un impulso a la comunión entre todos.
La segunda, es la de sabernos unidos todos los que participamos en el congreso en la tarea evangelizadora de la Iglesia con la alegría, impulso misionero, reflexión y contraste que pude vivir en el tercero y cuarto de los itinerarios presentados: Procesos formativos y presencia en la vida pública.
En dichos itinerarios, coordiné por la mañana la línea temática “la formación de los profesionales”, correspondiente al tercer itinerario y por la tarde la línea temática 39 “Cómo crear pensamiento transformador de la realidad”, situado en el itinerario 4, “Presencia en la vida pública”.
Precedió a la reflexión de los diversos grupos sobre formación la excelente ponencia de D. Gabino Ulibarri Bilbao que expuso la necesaria formación para la misión del “pueblo de Dios en salida” quien destacó la necesidad de profundizar en el convencimiento de que encontramos un tesoro, a través de la parábola del tesoro, que debe generar la alegría y debe de llevar al anuncio. Pero para ello-señalaba-se necesita formación y experiencia de encuentro con el Señor: “sin cultivo de la fe personal, no hay crecimiento, sin conocer la fe no se puede transmitir” y la necesidad de inculturación en el propio contexto y señalaba cuáles podían ser las dimensiones de esa formación: silencio-espacios de interioridad, oración, lectura, revisión de vida y contraste, discernimiento, “no caer en un cristianismo de estufa”, formación eclesial en sinodalidad-juntos-, profética-transformadora de la realidad y formación personal que potencie la propia vocación.
A esta ponencia siguió la reflexión en grupo de la línea temática “Formación de profesionales” donde expusieron su acción los grupos “Más que profesionales” MAGIS y “Evangelio y profesión. Un itinerario para creer y crear”.
Juan José Aguado de la Obra, coordinador de la Red MAG+S de Pastoral Ignaciana y del equipo de Pastoral UNIJES (Centros universitarios de la Compañía de Je Jesús describió la experiencia y dos jóvenes del grupo, David Roch Dupré y María Carnevali Frías, el primero ingeniero electrónico y la segunda, médico residente del 12 de octubre, expresaron su compromiso y lo que el grupo producía en su vida y compromiso.
El segundo grupo de la mañana, “Evangelio y profesión. Un itinerario para creer y crear” también describió esta experiencia diseñada para profesionales de muy diversos ámbitos. Los que lo forman quieren llevar a cabo esta misión encarnándose en la realidad y y en fuerte comunión con el ministerio Pastoral. Miguel Bailón y Trinidad Ruiz Téllez fueron los portavoces del grupo.
Por la tarde, asistí a la ponencia en la que Agustín Domingo Moratalla presentó el cuarto itinerario, “Presencia en la vida pública” que dio paso a las líneas temáticas que siguieron estructura semejante a la de la mañana.
Participé como coordinadora de la línea temática “Cómo crear pensamiento transformador de la realidad”. Fue un debate muy rico y variado donde tuvimos la ocasión de compartir la palabra con Monseñor Joan Enric Vives. Y esta experiencia de la presencia de los obispos en los grupos de debate ha sido para mí uno de los valores más importantes, que es la unión de todos los que formamos la Iglesia en una búsqueda conjunta de aquello que puede mejorar nuestra presencia evangelizadora en la sociedad en la que vivimos. La necesidad de escucha, de formación en la Doctrina Social de la Iglesia, la acogida de la diferencia, la generación de vínculos, el cambio en el uso de la lengua para llegar al alejado, creación de comunidades vivas que toman conciencia del conflicto, tender puentes, mirar y reconocer el vínculo vecinal, vivir en diálogo con una sociedad plural, etc.
Muchas fueron las necesidades detectadas a partir también de las experiencias que se presentaron: “Encuentro Madrid” de Comunión y Liberación y “Discernimiento para la reconciliación. Proyecto de diálogo cívico de las Comunidades de Vida Cristiana”.
Si interesantes fueron los debates y la concreción de pautas de actuación futuras, para mí fue muy valiosa la oración de todos juntos, la presencia continua del Señor en el centro del encuentro y la celebración del concierto del sábado que llenó de ritmo y alegría este congreso y cómo no la entrega y generosidad de todos los voluntarios.
Tuvimos ocasión de experimentar la fraternidad y encuentro en el espíritu del Señor resucitado todos los que formamos la Iglesia en España.
Mª del Carmen Azaustre Serrano