Cuando recibimos el encargo de presentar en Madrid, durante el Congreso de Laicos, nuestra experiencia de los Centros de Orientación Familiar (COF), nos embargó una responsabilidad grande por cuanto es difícil mostrar en pocos minutos la gran labor que la Pastoral de Familia y Vida realizan a través de estos COF. También se nos invitaba a comunicar el impacto que dichos centros tienen en la sociedad. Con una presentación centrada en el COF de Triana y con los datos de las personas atendidas en los cinco COF de la archidiócesis de Sevilla, mostramos a un gran número de asistentes la novedad de esta acción pastoral y social. En unas sesiones de mañana y tarde, dimos la oportunidad de que nos preguntaran y comentaran sus impresiones desde la realidad de diferentes diócesis. Laicos, sacerdotes, obispos… todos juntos examinando una acción muy concreta de “Pueblo de Dios en salida”.
En el Congreso se planteaba “un nuevo Pentecostés” en la Iglesia de España. La llamada a la Evangelización, siempre presente en nuestra iglesia, se actualizaba, con un nuevo estilo apropiado para nuestra época: Iglesia en salida, con el rostro de la misericordia y la ternura, con alegría, en comunión y abierta a la necesidades de los hombres y mujeres de nuestro mundo. En la Pastoral Familiar de Sevilla, el proyecto “Matrimonios de acogida” para las parroquias apuntaba todas estas características y se ha ido presentando en todas las vicarías, arciprestazgos y parroquias. Laicos junto a los sacerdotes para la evangelización de la familia. Familias que evangelizan a otras familias. Familias hospitalarias que acogen las necesidades de otras familias que viven y celebran la fe en las parroquias, comunidades y movimientos. Pero también “acogida” a otras familias que sufren, familias rotas, familias alejadas… que están esperando el anuncio de una buena noticia y la ayuda de otras familias.
En el Congreso, respiramos toda esta nueva atmósfera. Alegría, cercanía, comunión. Los obispos eran estaban allí junto a sacerdotes y laicos. Reuniones, saludos, fotos, comentarios entre todos. Realmente fue una experiencia gozosa. Como lo fue también la del grupo de participantes que veníamos juntos desde Sevilla. Un grupo coordinado por Enrique Belloso y Oscar Díaz (Vicario para la Nueva Evangelización) que funcionamos a una. Rezamos juntos, celebramos juntos, convivimos durante dos días como una verdadera familia. El rostro de la Iglesia “en salida” es rostro de familia, es rostro de comunión. Dios con nosotros y para compartirlo con los demás.
Al poco de llegar a Sevilla, tendríamos la difícil experiencia de los efectos de la pandemia por el covid-19. Estado de alarma, ausencia de celebraciones, imposibilidad de reunirnos… tiempo especial de Cuaresma y de Semana Santa. La experiencia de Muerte y Resurrección la vivimos en primera persona y tuvimos que esperar “guardando todas estas cosas en el corazón” hasta la vigilia de Pentecostés en la Catedral, donde con las medidas de seguridad sanitaria necesarias, pudimos de nuevo reunirnos y anunciar a toda la iglesia diocesana las conclusiones del Congreso y poniendo la mirada en las próximas acciones.
Ya tenemos experiencia de que hacer realidad un “Pueblo de Dios en salida” no es fácil. Nos han enseñado los grupos parroquiales de Cáritas, grupos como Manos Unidas, etc. que no han dejado de ayudar en las graves necesidades que han surgido durante la pandemia. Ahora tocará también acompañar esta ayuda económica –imprescindible- con el anuncio de Cristo Resucitado, capaz de dar un sentido a nuestra vida y nuestro sufrimiento. Mucho dolor necesita de mucho consuelo. Esperanza y amor serán las protagonistas de estos próximos tiempos. El camino de fe que las apoya era indicado en este Congreso: un Primer Anuncio o Kerygma, la formación y el acompañamiento en la maduración en la fe, y vivir en comunidad para luego salir al mundo anunciando lo que vivimos y no podemos guardarnos solo para nosotros. Por eso, los que estuvimos en Madrid, tenemos la responsabilidad de hacer realidad este “nuevo Pentecostés”.
María Albendea, delegada-presidenta de Manos Unidas Sevilla, y Salvador Alegre, médico
Centros de Orientación Familiar. Delegación Diocesana de Familia y Vida