‘Existen personas diferentes en este mundo, que son capaces de convertir cualquier acontecimiento en toda una aventura. Con un poco de suerte, alguna de esas almas intrépidas y generosas nos enseñará a conseguirlo…, a vivir’. Así comienza ¡A ganar!, una inspiradora película actualmente en la cartelera española, donde se dan cita actores de la categoría de Helen Hunt y William Hurt, ambos ganadores de un Oscar.
Se trata de una cinta emocional, muy emocional, repleta de valores humanos y con un desenlace de los que “hacen afición”. Y no me refiero solo a la práctica del voleibol, que es el marco de fondo en el que se mueve la historia, sino sobre todo a su intención motivadora: alentarnos a llevar una vida plena, a levantarnos de los fracasos, a ver el lado bueno de las personas, a unir y a hacer equipo…, a confiar en Dios cuando a veces no entendemos sus planes. Resulta curioso que este cúmulo de bondades (nada que ver con el “buenismo”) haya molestado a determinado sector de la crítica; algo que sin embargo no ha impedido su éxito en USA: más de 10 millones de dólares de recaudación y una calificación de 8,6 por parte de la audiencia, según el popular medidor Rotten Tomatoes.
Pero vayamos con el argumento, que no conviene destripar aunque se trate de un suceso real ampliamente documentado en Internet. Caroline Found (Danika Yarosh), a la que todos llaman Line, es la vitalista líder y capitana del equipo de voleibol femenino del West High School. Después de triunfar en el campeonato estatal de 2010, un trágico suceso va a truncar las ilusiones de las jugadoras. ¿Lograrán ser de nuevo un equipo unido y luchar para repetir en 2011 un éxito sin precedentes? Un reto y, a la vez, una prueba de superación para Ernie (William Hurt), el padre de Caroline; para Kelley (Erin Moriarty), la mejor amiga de Line; y para Kathy Bresnahan (Helen Hunt), la enérgica entrenadora del equipo.
Dirigido por Sean McNamara (Soul Surfer, 2011) y con música del español Roque Baños, ¡A ganar! es un filme que no solo gustará y emocionará a los jugadores y jugadoras de voleibol (en España hay más de 80.000 federados), o a entrenadores y educadores en general. Su propósito va más allá: demostrar la capacidad de los seres humanos de renovar el espíritu de toda una comunidad, si hacen del servicio a los demás el horizonte de sus vidas. ‘Ama como Line – Vive como Ellyn’, leemos en los créditos finales: un slogan que entenderán muy bien quienes se acerquen a ver esta película familiar, mientras tararean el “Sweet Caroline” de Neil Diamond.
Juan Jesús de Cózar