Hace ya más de cinco años que la Fundación Cardenal Spínola puso en marcha la «Rueda Solidaria», un proyecto que aúna la creación de empleo y la ayuda a ancianos sin recursos. De una de las visitas que los miembros de la Delegación de Pastoral Social, Justicia y Paz hacen a mayores en severas dificultades que se benefician de esta iniciativa, surgió esta reflexión. La anciana visitada tiene más de ochenta años, sin familiares próximos, viviendo en un cuarto piso sin ascensor del que no sale hace años y que solo cuenta con la atención muy escasa de los servicios municipales y la de la «Rueda Solidaria» que la ayuda con una empleada de hogar 10 horas a la semana. Lo peor es que ella no es la única en esas duras circunstancias.
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ESTADÍSTICAS
En el año 2017 los ancianos mayores de 65 años existentes en España, de una población total de 46.572.132, eran 8.764.204, el 18,8 %. La esperanza de vida en la mujer, en España, es de 85,8 años y la del varón de 80,3. Los octogenarios suponen el 6,1 % del total poblacional, 2.840.900. Su incremento a lo largo de los últimos años, en general, en los países industrializados obedece a las siguientes causas: el progreso de la medicina, la mejor alimentación, la mejor calidad de vida (higiene y vivienda), el desarrollo socioeconómico y el descenso de la mortalidad.
La llamada tercera edad, en Europa y Estados Unidos, es cada vez más activa y con menos problemas de salud, pero hay que diferenciar otras realidades.
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NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE
El 50% de los ancianos que viven solos en España están en la pobreza. Según las cifras del Instituto de Mayores y Servicios Sociales, refiriéndose a los mayores de 65 años, la gran mayoría de ellos vive con otra u otras personas, pero no todos se encuentran en esta situación.
La vejez en soledad es un fenómeno que va en aumento. Hoy, según datos del Instituto Nacional de Estadística, en la última década, por ejemplo en Madrid, el número de mayores que viven solos en sus hogares creció un 20%. Se puede decir que uno de cada cinco mayores de 65 años vive en soledad.
El sociólogo José de las Heras expone refiriéndose a los mayores, (que en definitiva, se entiende que han protegido, al menos, a una generación): «Viven solos porque no les quieren otros (hijos, nietos o familiares). Si tuviéramos una sociedad más tradicional, con los valores antiguos, donde la familia tuviera una repercusión mucho más fuerte que la que hoy tiene, tendería a que el abuelo formara parte de la comunidad familiar; pero nuestra sociedad es, en este sentido, muy rigurosa o muy cruel, y va segregando a las personas que no considera activas».
La situación descrita se hace más difícil, ya que viviendo en soledad se ven, además, obligadas a mantenerse con menos de 523 € al mes, según el INE, lo cual les instala por debajo del umbral de la pobreza.
Según Irene Lebrusan, Profesora asociada en Universidad Carlos III de Madrid, en su artículo de mayo del corriente año, la gran mayoría de personas prefiere envejecer de forma independiente en el entorno que conoce y, si puede, en su casa. Según censo, esta es la elección del 96,4% de las personas mayores. Ahora bien, la cuestión es conocer si las viviendas que habitan estas personas, favorecen un envejecimiento de calidad o, por el contrario, se exponen a situaciones de vulnerabilidad ya que:
- a) El 20,1 % de los mayores de 65 años en España reside en viviendas que acumulan graves problemas.
- b) Los problemas de vivienda más graves son: no tener aseo en el interior de la vivienda, carecer de agua corriente, carecer de alcantarillado público y vivir en edificios en mal estado.
- c) Los problemas más comunes, son la falta de accesibilidad y la falta de calefacción.
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INTENTANDO REMEDIAR LA INJUSTICIA
Con el fin de intentar remediar este problema a nivel estatal, -que como indicaba Dom Helder Cámara: «el día en que se llegue al control del egoísmo a una revisión en profundidad de las estructuras de injusticia, ¡ese día se verá que Dios no se equivocó en su Creación”- en el año 2007 entró en vigor la Ley de Dependencia, destinada a prestar servicios a las personas dependientes, ayuda a domicilio, teleasistencia, centros de día o plazas de residencia.
Se vio esta necesidad ante la situación, pero es manifiesto lo que expone Helder Cámara, ya que se ha tenido que llegar a la protección insuficiente del Estado, por el egoísmo, la desestructuración familiar o la necesidad económica en la misma familia.
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QUÉ DICE LA IGLESIA
“Si los ancianos se hallan en una situación de sufrimiento y dependencia, no solo necesitan cuidados médicos y asistencia adecuada, sino, sobre todo ser tratados con amor» (Compendio de la DSI. n° 222).
«El domingo es un día que se debe santificar mediante una caridad efectiva dedicando especial atención a la familia y a los parientes así como también a los enfermos y a los ancianos” (Compendio DSI. nº 285).
«Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere» (Papa Francisco. Discurso a las familias del mundo. 26-10-2013)
«Nosotros vivimos en un tiempo en el cual los ancianos no cuentan. Es feo decirlo -repitió el Santo Padre- pero se descartan porque molestan». Sin embargo, «los ancianos son quienes nos traen la historial la doctrina, la fe y nos lo dejan corno herencia (Papa Francisco. Homilía. 19-11-2013).
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Y PARA CONCLUIR (y reflexionar…)
¿Qué tal los mayores de tu entorno?, los que pertenecen a tu propia familia, los vecinos de tu bloque, los vecinos de tu barrio…
¿Llevas a cabo o participas en alguna actividad encaminada a mejorar la situación de los mayores más desfavorecidos?
Además de la tarea asistencial, ¿crees que desde tu comunidad parroquial se podría realizar alguna otra labor con los mayores? ¿Cuál?