TODO ESTÁ RELACIONADO

Es una idea que repite el papa Francisco en la encíclica Laudato Sí. También en el sínodo de la Amazonia se repitió mucho esta idea, hasta tal punto que llegó a hacerse muy popular una canción en el sínodo llamada “Todo está conectado” (Tudo está interligado, en versión original en portugués).

Siguiendo con las “conexiones” la encíclica Fratelli Tutti, la Jornada Mundial del Inmigrante y Refugiado, que celebramos el día 26 de septiembre, la Jornada Mundial de los Pobres, que celebraremos el próximo domingo, el Padrenuestro y la visita del Gran Poder a los Tres Barrios están también estrechamente relacionados. Y si queremos seguir relacionando, conectando, nos tendríamos que ir a San Juan Pablo II cuando en varias ocasiones hablaba de las “estructuras de pecado”, o Benedicto XVI cuando hablaba de “sentir como propio el dolor ajeno” Y ya, para acabar, tendríamos que mencionar el concilio Vaticano II en la constitución pastoral Gaudium et spes.

En la homilía de acción de gracias por la Misión del Gran Poder, el Sr. Arzobispo decía: “Su mirada nos pregunta cómo está nuestra vida, qué hemos hecho hasta hoy por Él y por los hermanos más necesitados, y qué estamos dispuestos a hacer a partir de ahora”. Para hacerlo con convicción y entusiamo, no hay nada mejor que sentir como propio el dolor ajeno (Benedicto XVI), porque “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo” (Gaudium et spes).

El Señor del Gran Poder nos llama a colaborar en la construcción de su Reino aquí en la tierra, para que en una sociedad que se caracteriza por el ansia de riqueza y de poder, se construya su Reino de justicia y de paz, de verdad y amor. Nos llama a trabajar por el desarrollo de cada persona y de toda la comunidad”(decía D. José Ángel en la homilía). Para construir el Reino es necesario tener en cuenta lo que decía San Juan Pablo II: Sin embargo, como he afirmado muchas veces, es un hecho incontrovertible que la interdependencia de los sistemas sociales, económicos y políticos crea en el mundo actual múltiples estructuras de pecado” es decir, en nuestra misión como cristianos, está también la obligación de implicarnos en la transformación de las estructuras de pecado en estructuras de bien, como también decía San Juan Pablo II.

Por eso, hay que tener en cuenta lo que nos dice el papa Francisco en el Mensaje para La Jornada Mundial del Pobre que celebraremos el próximo domingo :“Deseo que la Jornada Mundial de los Pobres, arraigue cada vez más en nuestras Iglesias locales y se abra a un movimiento de evangelización que en primera instancia salga al encuentro de los pobres, allí donde estén. No podemos esperar a que llamen a nuestra puerta, es urgente que vayamos nosotros a encontrarlos en sus casas, en los hospitales y en las residencias asistenciales, en las calles y en los rincones oscuros donde a veces se esconden, en los centros de refugio y acogida”. Es lo que han hecho los “cirineos” del Gran Poder al ir a los Tres Barrios”.

¿Sería necesario tener en cuenta tantas citas de papas, enncíclicas, concilios…? No, si cuando rezamos el Padre Nuestro lo hiciéramos plenamente conscientes de lo que decimos, porque si de verdad nos sentimos hijos de Dios y que el otro es nuestro hermano, ¿no haríamos todo lo necesario para liberarlo de su pobreza y transformar las estructuras que crean desigualdad e injusticia? Indudablemente bastaría rezar el padrenuestro para sentir una fraternidad universal (Fratelli tutti) y estar dispuestos a sentir un “Nosotros cada vez más grande” (Jornada del migrante y refugiado)

 

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