Me encanta la cocina y disfruto cocinando. Comparto recetas con amigos y me gusta también “tunear” las que leo.
Para cocinar has de prestar mucha atención a lo que tienes entre manos porque, si no lo haces, se notará la diferencia entre un buen o mal plato.
Sé de lo que hablo porque lo he experimentado.
Hoy se me ha ocurrido hacer miniquiches de bacon y champiñones.
Me he acordado de una amiga francesa que los hace buenísimos.
Mientras los cocinaba, pensé en compartir algunos con mis vecinos y por eso puse especial interés en su elaboración. Cuando bajé a su casa me recibieron tan amables como siempre y se propició una pequeña charla entre los tres.
Cocinar para otros es algo que me encanta y cocinando también compartimos parte de nuestro tiempo y nuestras vidas.
Aprendemos también de las sugerencias culinarias que otros nos dan.
Me he encontrado personas a las que cocinar les ha servido de terapia en sus malos momentos y eso les ha hecho sentirse mejor, a otras les ha ayudado a recuperar su autoestima.
“La comida no es sólo una cuestión de calorías y grasas, vitaminas y minerales…Tiene que ver con la comunidad. Tiene que ver con la vida. La comida es uno de los regalos más preciados de Dios, un signo de la bondad, la abundancia, la creatividad y el amor del Señor.”
La mesa católica. La alegría y dignidad de la comida desde la fe. Emily Stimpson Chapman. Traducción de Aurora Pimentel.
Beatriz Melguizo Hernando