Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,41-50):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que os dé a beber un vaso de agua porque sois de Cristo, en verdad os digo que no se quedará sin recompensa. El que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar. Si tu mano te induce a pecar, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la gehenna al fuego que no se apaga.
Y, si tu pie te induce a pecar, córtatelo: más te vale entrar cojo en la vida, que ser echado con los dos pies a la “gehenna”.
Y, si tu ojo te induce a pecar, sácatelo: más te vale entrar tuerto en el reino de Dios, que ser echado con los dos ojos a la “gehenna”, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Todos serán salados a fuego. Buena es la sal; pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salaréis? Tened sal entre vosotros y vivid en paz unos con otros».
Comentario
Más te vale entrar
El propio Papa Francisco se refería a los pequeñuelos en la intervención introductoria de la Cumbre sobre Protección de Menores en la Iglesia, celebrada la semana pasada en Roma. Seguramente, tenía bien presente este Evangelio en el que clama contra los que escandalizan a los pequeños, esto es, a los más indefensos y vulnerables. La advertencia evangélica no deja lugar a dudas sobre cuál ha de ser el comportamiento del pecador para obtener la redención de sus pecados. Más te vale a ti y a mí entrar manco, cojo o tuerto en la vida eterna que penar en el fuego de la condenación con todos los miembros intactos. El lenguaje popular lo dice de una manera más que efectiva: más nos vale cortar por lo sano.