El mundo necesita de la alegría de la juventud enamorada de Cristo. Los jóvenes son el presente de una Iglesia en salida que está llamada a ser testigo del Amor con mayúscula en medio de una sociedad que parece decidida a silenciar y desconectar a Dios de sus vidas. El Reino de Dios se empieza a construir aquí, en el momento presente, con jóvenes como tú. El mundo necesita de tu alegría, tu vitalidad y tu esperanza. Se necesitan valientes capaces de despertarse del sueño profundo e ilusorio de las falsas promesas de felicidad mundanas, para abrirse paso hacia el verdadero camino, la auténtica verdad y la plenitud de la vida. El mundo necesita de jóvenes que no teman salir de sí mismos, auténticos y coherentes. Jóvenes, que como María se levantan y parten sin demora al encuentro con aquel que es padre, amigo y maestro, quién nos enseña la importancia del amor incondicional al prójimo y nos rescata de las esclavitudes ideológicas y materialistas de nuestro presente. El mundo necesita de muchos como Samuel, que sepan escuchar y reconocer la voz de Dios. También del valor y la constancia de jóvenes, que pese a la incertidumbre del futuro y a pesar de toparse con distintos Goliat en sus vidas, saben sacar el David que llevan dentro, poniendo toda su confianza en los planes de Dios. Jóvenes como José, constructores de sueños. Jóvenes como Juan, que transforman sus vidas en parábolas y gestos de amor a imagen y ejemplo de Aquel de quién se han fiado. El mundo te necesita a ti, joven.
¡Despierta, levántate y parte sin demora! Cristo cuenta contigo.
Cristina Cardador,
Profesora de Religión y colaborada con la Delegación para la pastoral con jóvenes