¿Dónde verla?: Netflix
Estrenada directamente en Netflix el pasado mes de enero, “El violín de mi padre” es una producción turca que ha tenido un éxito arrollador entre los usuarios de la plataforma. Y se entiende, porque se trata de una película gratísima de ver, adecuada para todas las edades, con un cuidado diseño artístico y una apuesta sin complejos ni fisuras por la familia.
La protagonista es una simpática niña llamada Özlem (Gülizar Nisa Uray), que vive pobremente con su padre Ali (Selim Erdogan), viudo y músico callejero. Él le ha enseñado a tocar el violín y ella acompaña a Ali y a sus amigos por las calles de Estambul en sus ‘recitales urbanos’, única fuente de sus ingresos. Ali, cercano a la muerte, desea dejar a su hija al cuidado de su hermano Mehmet (Engin Altan Düzyatan), un narcisista virtuoso del violín casado con la encantadora Suna (Belcim Bilgin). Pero la relación entre los hermanos se rompió años atrás por circunstancias que iremos conociendo, de modo que la cosa no será fácil.
Comprendo que, contado así, el argumento puede sonar a culebrón, pero el filme tiene una entidad que supera el calificativo: por las contenidas interpretaciones del elenco, la matizada y colorista fotografía de Firat Lita Sözbir, las vistosas localizaciones y la espléndida banda sonora de Taskin Sabah. A su director y guionista, Andac Haznedaroglu, no le duelen prendas a la hora de provocar la emoción y las lágrimas del espectador, una opción incómoda para la crítica especializada pero bien aceptada por la mayoría del público.
“Todas las personas tienen su melodía”, le dice Ali a Özlem. Como si la vida consistiera en un esfuerzo personal por componer la mejor versión de nosotros mismos, por afinar nuestras cualidades, por armonizar nuestros sentimientos y orientarlos hacia el bien del otro. La cariñosa Özlem lo entiende y, en su ingenuidad, será el bálsamo que cure antiguas heridas.
Basada en una obra de teatro de Yilmaz Erdogan, “El violín de mi padre” es una cinta ideal para estas Navidades, que estimula a cuidar los lazos familiares y el amor matrimonial, que subraya el valor de la amistad y del perdón, y que regala al espectador un alegre colofón, musical y bailarín.
Juan Jesús de Cózar