La hermana Digna Erazo (Ecuador, 1969) profesó sus votos perpetuos dentro de la Congregación de Misioneras de la Madre Laura (Lauritas), hace más de tres décadas. “A mis doce años me atrajo el trabajo que la comunidad religiosa hacía en el campo, dentro de la selva, con los pueblos indígenas”. Así fue surgiendo en ella el sentido vocacional de su existencia.
“Dios despertó en mí una sensibilidad muy concreta relacionada con el trabajo social dentro de los pueblos originarios. Después fui centrando mi vocación en la persona de Jesucristo, atraída por su autoridad, la claridad de su mensaje y el sentido profético de su misión. Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre que no es imparcial, ni tampoco excluyente pero que mostró su opción por los más pobres, desposeídos y marginados”.
La religiosa nacida en Ecuador ha estado de misiones siete años en Cuba y algunos más en Bolivia, donde ha tenido la oportunidad de descubrir “la vida contemplativa en la acción”. La congregación fundada por la colombiana Laura Montoya tiene presencia en 21 países de tres continentes.
“Ante la situación tan difícil vivida como misionera en Cuba, siempre me preguntaba ¿quién va a apartarnos del amor de Dios… el hambre, la persecución? ¡Nada ni nadie puede apartarnos del amor de Dios!”, afirma.
Narra que le llamó profundamente la atención cómo los jóvenes cubanos se reunían a escondidas para leer la Palabra de Dios y cuando se acercaban a la cruz que ella portaba al cuello, la besaban y veneraban con profundo respeto.
Uno de los carismas que define a las misioneras lauritas “es saciar la sed de Jesús y la opción por los pueblos indígenas, marginados y no cristianos”. En Bolivia estuvo al servicio de los aymaras, un pueblo indígena originario de América del Sur, donde pudo trabajar y promover la interculturalidad.
La hermana Digna, misionera ad gentes de paso por Sevilla para participar de la campaña de Manos Unidas 2023 subraya la “belleza y la profundidad de la vocación que todo bautizado tiene en una triple dimensión: Sacerdotal, profética y regia”.
Sínodo amazónico
A parte de su formación religiosa, estudió la carrera de Derecho que ofrece actualmente al servicio de la Red Eclesial Panamazónica (Repam), un organismo eclesial, nacido en septiembre de 2014, “como resultado del camino recorrido por la Iglesia profética y encarnada en este territorio” cofundada por el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) por la Vida Religiosa en América Latina, “donde todos formamos parte y todos tenemos voz, para que el Reino de Dios se vaya haciendo visible”.
Se trata de “una plataforma de articulación sinodal, de compartir experiencias y de servicios para responder a las necesidades del territorio de los nueve países de la Panamazonía (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Perú, Surinam y Venezuela).
Voces místicas de la naturaleza
“La nuestra es una congregación que nació en el corazón de la selva, en Medellín de Antioquía y eso nos lleva a buscar distintas formas de oración y contemplación donde poder mirar siempre a Cristo sediento, por eso, la Madre Laura escribe un pequeño libro llamado las Voces místicas de la naturaleza donde descubrimos a Dios en medio de la selva”, concluye.