Lectura del santo Evangelio según san Juan (15, 9-11)
Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Permaneced en mi amor para que vuestra alegría llegue a plenitud
La perícopa de hoy completa la propuesta como Evangelio de ayer. Sigue siendo clave la permanencia, que es tanto como decir la perseverancia en el seguimiento de Cristo a pesar de los sinsabores, las dificultades y los obstáculos que nos impone el mundo. Se trata de seguir anudando la cadena del amor que el propio Jesús explica a sus apóstoles: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo». El Papa Francisco se ha inventado un verbo para describir que Dios misericordioso va siempre por delante del hombre en el amor: nos primerea. También lo dirá Juan en el capítulo cuarto de su primera carta: Él nos amó primero. ¿Cuánto nos amó? Tanto que entregó a su Hijo unigénito para que el mundo tenga salvación. Para que tú te salves. Permanecer en el amor de Dios, que va por delante del nuestro, es la clave de una alegría plena a pesar de todo el sufrimiento que observamos a nuestro alrededor.