Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 16-18)
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios.
Dios envió a su Hijo para que el mundo se salve por él
Comentario
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre de la fuente, del camino y de la energía.
En el nombre de la bendición, de la libertad y de la confianza.
En el nombre del fundamento, de la sensibilidad y del impulso.
En el nombre de la vida, de la pasión y de la intensidad.
En el nombre de la unidad de las unidades,
del vínculo de los vínculos
y de la diversidad de las diversidades.
En el nombre del silencio, de la música y de la armonía.
En el nombre de la acogida, de la entrega y de la gracia.
En el nombre del amor, de la misericordia y la comunión.
En el nombre de la plenitud, del vaciamiento y del silencio vibrante.
En el nombre del encuentro, de la hospitalidad y de la fiesta.
En el nombre de la santidad de las santidades,
de la humanidad de la humanidad
y del amor del amor.
En el nombre de la inclusión, de la diferencia y de la diversidad.
En el nombre de la presencia, de la palabra y del corazón.
En el nombre de la libertad, la alegría y el juego.
En el nombre del misterio cercano,
del cuidado constante
y del ímpetu inagotable.
En el nombre del bien, de la verdad y de la belleza.
En el nombre de la creatividad, de la intuición y de la inspiración.
En el nombre del poder de lo real,
de la intensidad de lo real
y de la densidad de lo real.
En el nombre del cimiento, de la luz y de la utopía.
En el nombre de la ternura, de la fraternidad y de la conspiración.
En el nombre de la santidad, de los seres humanos y del misterio.
En el nombre de lo uno, de lo tangible y de la multiplicidad.
En el nombre de lo realmente real, de la presencia y del devenir.
En el nombre del mar, de la tierra y del viento.
En el nombre de la consistencia, de la insistencia y de la genialidad.
En el nombre de la madre, la benevolencia y la fraternidad.
En el nombre del amor sobre todo amor,
de las entrañas de misericordia
y de la fecundidad insondable.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Trinidad Santa.
Luz.
Luz de luz.
Luz de las luces de la realidad.
Luz que nos busca.
Luz que nos sustenta.
Luz que nos crea y recrea y plenifica.
Santa Trinidad.
Alabanza.
Adoración.
Silencio.
Trinidad Santa.
Amén.
Amén.
Amén.
Santa Trinidad.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
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