Se ha establecido que el Día de la Madre sea el primer domingo de mayo. Anteriormente se celebraba el día 1 de mayo, coincidente con el Día del Trabajo. Resulta fácil de recordar el primer domingo de mayo como día celebrar el indispensable papal en las madres en el mundo. Como ya he comentado en este blog muchos de los días que celebramos a lo largo del año tienen un papel reivindicador, reclamándose en este tipo de días conmemorativos derechos inalienables no alcanzados o graves injusticias, como, por ejemplo, toda la reivindicación que encierra el Día de la Mujer. En principio el Día de la Madre tiene un carácter más festivo. Celebramos en familia el día de esa persona esencial que es la madre. Afortunadamente, en muchas familias, coexisten madres y abuelas que celebran juntas este día; e incluso hay familias con bisabuelas. Pero no debemos olvidar en este día, el Día de la Madre, a las numerosas madres que sufren en el mundo. Ni con los pasados Objetivos del Milenio, del año 2000, ni con los actuales Objetivos de Desarrollo Sostenible iniciados en el año 2015 y con alcance a 2030, frenamos el sufrimiento de las madres del mundo que se encuentran en situaciones muy desgraciadas.
Todas las madres quieren lo mejor para sus hijos, y muchas en el mundo no lo pueden conseguir. Incluso en nuestras ciudades hay madres que no pueden dar a sus hijos e hijas lo que quisieran. El mundo que hemos creado es muy injusto y lo es especialmente con las madres. Ya hemos comentado también en esta blog que cuando hay desgracias, guerras, injusticias, abusos, las mujeres sufren más. Es muy injusto y creo que hay no solo pasividad, sino intereses malsanos para crear situaciones extremas, como las guerras, para que determinados grupos se lucren más a costa del sufrimiento de otros. Las madres son mujeres y por ello su sufrimiento puede ser mayor en situaciones extremas.
Pensemos en la guerra de Ucrania, profundamente injusta, pero quizás evitable. ¿Cuántas madres están sufriendo en dicho escenario? Las empresas que fabrican armamento parece que han ganado mucho dinero con esta guerra. Las ventas de los diez gigantes de la industria militar occidental crecieron un 7,5% en el último trimestre de 2022. Las empresas de armamento han cosechado uno de sus mejores años en bolsa y prevén fuertes incrementos en sus ventas durante 2023. ¿No se podría haber evitado esta guerra? ¿No se podría frenar en este momento? Pongo este ejemplo porque lo vivimos cada día en todos los informativos, y de nuevo me planteo el sufrimiento de esas madres ucranianas. Pero solo ellas sufren. Recordemos los campos de refugiados saharauis de Argelia, en Tinduf, con una población de cerca de 200.000 personas ¿No querrían las madres saharauis que viven en ellos vivir felices con sus hijos en el Sáhara? España ha traicionado a esas madres que no pueden vivir en su tierra con sus hijos, España no hace lo suficiente. Pensemos en las madres que emigran desde Méjico a Estados Unidos. Pensemos en las madres que emigran desde Siria, en general todas esas madres que ven en Europa el futuro de sus hijos. Pensemos en las madres del Sahel, victimas de guerras y del cambio climático al que no contribuyen. La lista de madres que sufren este Día de la Madre en el mundo es alarmantemente larga.
Pero también en nuestras ciudades de los países más desarrollados hay mucha injusticia social. En las ciudades de nuestro ámbito geográfico hay barrios donde las madres no celebran el Día de la Madre. ¿Hacen los gobiernos municipales lo suficiente para que toda madre en nuestras ciudades puedan celebrar en familia el Día de la Madre? ¿Se ha vuelto esta celebración en un exponen de clase? Creo que tenemos mucho que pensar en este día además de celebrar justamente el papel de las madres sin las cuales nada sería posible. Cuando voy por las ciudades cada vez veo más abuelos, quizás influido por la nueva condición de tal que he adquirido recientemente, y veo el cariño de las abuelas y los abuelos con sus nietos y nietas. Y ahí están las abuelas, siendo madres de nuevo, una especie de remadres. Por ello tenemos que celebrar este día también con las abuelas, ya que son madres y actualmente por partida doble con un papel esencial en la sociedad que tenemos. Estoy viviendo en este tiempo el amor que como abuela, mi esposa profesa a nuestro nieto, todo un ejemplo.
Creo que no podemos guardar silencios cómplices ante la situación de injusticia que viven muchas madres aquí y allá, madres que no pueden celebrar el Día de la Madre. Tengamos también un recuerdo para las madres de la vida consagrada que ayudan material y espiritualmente a muchas personas.
Este blog forma parte de un relevante vehículo de opinión en el marco de nuestra Iglesia Metropolitana por ello creo conveniente, desde nuestro sentimiento y creencias, recordar el papel de María en su familia y especialmente en relación con Jesús. El papa Francisco nos recuerda frecuentemente el papel de María: “A ella que extiende su maternidad a todos los hombres, le confiamos el grito de paz de las poblaciones oprimidas por la guerra y la violencia, para que el coraje del diálogo y de la reconciliación prevalga sobre las tentaciones de la venganza, de la prepotencia, y de la corrupción. A ella le pedimos que el evangelio de la fraternidad, anunciado y testimoniado por la Iglesia, pueda hablar a cada conciencia y abatir las murallas que impiden a los enemigos reconocerse como hermanos” (Francisco, 1 de enero de 2014).
Si leemos alguno de los Evangelios Canónicos, encontramos numerosos hechos para destacar. María acepta su papel de madre del Salvador generosamente (Lucas, 1, 26-38). María viaja embarazada, no debió ser fácil, hasta Belén donde dio a luz a Jesús (Lucas, 2, 1-6). María, madre y emigrante, tiene que huir junto a José y Jesús a Egipto (Mateo, 2, 13-15). María sufre desazón como madre cuando Jesús se pierde en Jerusalén (Lucas, 2, 41-51). María, como madre, como todas las madres, guardaba todas las cosas relativas a su hijo Jesús en su corazón (Lucas, 2, 19). En el Evangelio no se relata una gran parte de la vida en familia de Jesús, José murió en algún momento y María, la madre, tuvo que hacerse cargo del hijo, como muchas madres. Aquí quiero tener un recuerdo para todas las madres, en familias uniparentales sustentadas por las madres, que cuidan solas a sus hijos, los mantienen y educan con amor y generosidad. En los Evangelios apenas se habla de la presencia de María, madre, en la pasión, muerte y resurrección de Jesús. Es de suponer que, desde el mismo momento en que tuvo noticia del prendimiento de Jesús, siguiera muy de cerca todo el proceso. …El Evangelista Juan (19, 25-27) manifiesta que Jesús, viendo su Madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, dijo a la Madre: Mujer, he ahí a tu hijo. Luego, María estuvo presente en momento de la muerte de Jesús, algo que una madre nunca debería vivir, la muerte de un hijo. Actualmente en el mundo muchas madres tienen que vivir la muerte de sus hijos por razones de geopolítica, dominio, negocios de armamento y todo tipo de negocios aborrecibles. Para los católicos María es un ejemplo de madre.
Celebremos el Día de la Madre cada año ya que es de justicia y debe ser un día bello para celebrar en familia. Deseemos que todas las madres puedan tener este día en paz y con amor. Finalmente, quiero manifestar mi alegría por haber sido abuelo esta primavera y felicitar y bendecir a la esposa de mi hijo Elizabeth en este Día de la Madre del año 2023 en que ha sido madre y sentirme también orgulloso y feliz por el amor y cuidado que tiene con su hijo en su recién estrenada maternidad.