El mes de Junio es el mes del Corazón de Jesús. Devoción y Espiritualidad que tiene sus raíces en el Evangelio y que ha sido central en la vida de muchos santos. Hasta el punto que ha sido definida como “quintaesencia del Cristianismo” por los Papas.
El Corazón de Jesús une a todos los españoles, pues está presente en todas partes. Arraigada con profundidad, especialmente en los últimos tres siglos, su presencia está en estampas, imágenes o láminas que presiden hogares, placas de puertas, imágenes en casi todas las iglesias, cientos de monumentos en los cuatro puntos cardinales de España, y millares de veces cuyo nombre aparece en calles y plazas, centros educativos, centros sociales, residencias de ancianos, asociaciones, cofradías y hermandades, capillas, parroquias, congregaciones religiosas, etc. En Sevilla destaca la magnífica imagen procesional de la parroquia de la Concepción Inmaculada y el grandioso conjunto monumental de San Juan de Aznalfarache.
Personalmente, el Corazón de Jesús está presente en mi casa desde que nací, con una devota imagen, con la jaculatoria milagrosa “Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío” que se repetía frecuentemente, y de ser una devoción heredada pasó a ser una espiritualidad asumida, gracias a magníficos sacerdotes de grato recuerdo y otras muchas personas que me ayudaron a purificar en mí esa devoción. El Corazón de Cristo está presente en nuestra vida familiar, en el centro de nuestro hogar, contrajimos matrimonio a sus pies, realizamos la consagración familiar, es el mejor amigo y, verdaderamente, tenía razón cuando anunció al beato padre Hoyos: Reinaré en España.
Federico Jiménez de Cisneros