¿Dónde verla?: Disney+ y otras plataformas
Imaginemos que alguien no hubiera visto nunca “Sonrisas y lágrimas” y un día, en pleno 2024, la descubriera casualmente. Quizá esa persona quedara boquiabierta por la grandiosa historia que narra y por lo bien contada que está. Y, quién sabe, es posible que llegara a pensar que se trata de una cinta no muy lejana el tiempo: de los 80 o los 90 del siglo pasado, tal vez. Incluso podría ser que no sospechara que la película se estrenó en 1965 y que, por tanto, está a las puertas de celebrar su 60º aniversario.
Hace no mucho, iniciado ya el año en curso, alguien cercano pensó esto mismo al visionarla por primera vez. No solo disfrutó de este clásico, sino que quedó patidifuso por el espíritu tan juvenil que conservaba el largometraje. Por algo, “Sonrisas y lágrimas” es (probablemente) la mejor y más conocida película familiar.
El filme se inspira en la obra de teatro musical homónima que elaboraron Richard Rodgers y Oscar Hammerstein. Este dueto obtuvo un enorme éxito en Broadway durante la década de 1940 y 1950, la edad de oro de los musicales. El texto se basaba, a su vez, en un libro escrito por Maria von Trapp, que relataba la historia de su familia y que se convirtió, a pesar de su resistencia, en un best seller.
El guion nos presenta a la familia Von Trapp, compuesta por un padre viudo y sus siete hijos. Acontece allá por los años 30, cuando los nazis tratan de ocupar Austria. El padre, capitán del ejército, apenas puede atenderlos mientras defiende, con orgullo, a su patria. Entre tanto, María se prepara para ser monja en un convento cercano; busca dar respuesta a su vocación y agradar a Dios, pero no acaba de encajar como novicia. Aconsejada por la madre superiora, acepta encargarse de la crianza de los retoños del capitán y, a la par, intenta vislumbrar los planes que tiene Dios para ella.
Da gusto comprobar la delicadeza con la que “Sonrisas y lágrimas” trata la llamada a la vida religiosa y al matrimonio. Es casi una master class de sencillez y abandono en las manos de Dios. En cuanto a la interpretación, Julie Andrews y Christopher Plummer lo bordan; ella había ganado un Oscar el año anterior por “Mary Poppins” y él no lo lograría hasta 2010 por “Principiantes”.
La cinta recibió cinco premios Oscar: entre ellos, los de mejor película, mejor director y mejor música adaptada. Robert Wise, famoso por su montaje de “Ciudadano Kane” (1941), dirigió con enorme maestría un filme que pertenece al cuadro de honor de la historia del cine.
Guillermo De Lara Domínguez