¿Dónde verla?: En Movistar, Apple TV+ y Amazon Prime Video.
“My Fair Lady” (1964) cumple 60 años. Aunque es una de esas pelis que a todos nos suena, tal vez más de uno desconozca su peculiar origen. Podría decirse que es un remake en versión musical de una cinta de 1938 titulada «Pigmalión», inspirada a su vez en la obra de teatro musical homónima de 1913.
Como curiosidad, el irlandés George Bernard Shaw, autor de la pieza teatral y del guion adaptado de «Pigmalión», se convirtió en la primera persona del mundo en recibir un Nobel y un Oscar: el Nobel por su herencia teatral y el Oscar por la adaptación del libreto del filme.
Para cerrar el círculo, el germen de estas tres obras se remonta al mito griego de Pigmalión, que cuenta cómo un rey se enamora de una escultura hecha por él mismo y, con la ayuda de la diosa Afrodita, la estatua cobra vida.
Este antecedente colabora, en cierta forma, para que «My Fair Lady» se convierta en una película musical de referencia que perdura hasta nuestros días. Con tan exitosos antepasados no es de extrañar que fuera justamente merecedora de la friolera de ocho premios Oscar y que haya vuelto a representarse en los escenarios.
El largometraje, dirigido por George Cukor, narra la historia de Eliza Doolittle (Audrey Hepburn), una joven de familia humilde, que se cruza casualmente con Henry Higgins (Rex Harrison), un reputado profesor de fonética. Fruto de una apuesta con un colega de profesión, Higgins acoge a Eliza en su casa para trabajar su dicción y sus buenas maneras, con el objeto de hacer de ella una dama de la alta sociedad.
El resultado, traducido en premios Oscar, es la cosecha de las ocho estatuillas concedidas por la Academia de Cine mencionadas más arriba, que incluyen las correspondientes a mejor película, mejor actor (Rex Harrison) y mejor director (George Cukor). El prolífico Cukor adquirió fama cuando en 1940 logró reunir nada más y nada menos que a Katherine Hepburn (que no guarda parentesco con Audrey), Cary Grant y James Stewart en la aclamada «Historias de Filadelfia».
Uno de los puntos fuertes del filme es la divertida relación que se establece entre los protagonistas, fiel reflejo de las diferencias entre hombres y mujeres; diferencias que no separan, sino que complementan. También son significativas las nefastas consecuencias de una mala comunicación, que sirven como aviso de navegantes para cualquier relación y, en especial, para el noviazgo y el matrimonio.
Guillermo De Lara
