SAN MARTÍN DE TOURS, obispo, m. obligatoria (B)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (17, 1-6)

Dijo, pues, a sus discípulos: «Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay de quien los provoca! Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado.

Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “me arrepiento”, lo perdonarás».

Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería».

Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Me arrepiento», lo perdonarás.

El Evangelio del día, memoria de San Martín de Tours que fue ejemplo de ayuda al necesitado, incide en dos aspectos que son anverso y reverso de la vida de fe. En primer lugar, el escándalo de quienes con su actitud desdicen cuanto proclaman de palabra. Los que escandalizan a los pequeños, es decir, a los que tienen una fe tambaleante que en vez de robustecerse con el testimonio que reciben se apaga como la llama de una vela cuando sopla un viento impetuosos. Ese viento es el escándalo y ¡somos tan escandalosos! El reverso es el perdón. Tras un sincero arrepentimiento y confesión de palabra con deseo de dejar atrás ese escándalo. Jesús da la clave de cuántas veces hay que perdonar al hermano arrepentido: siete veces al día es un número sinónimo de siempre. Pero para ello hace falta fe, que es lo que los apóstoles detectan que les falta cuando el Señor les exhorta a perdonar siempre al que se arrepiente. Es la fe la que nos lleva a aborrecer el escándalo pero a cuidar del que lo ha cometido, a perdonarlo si se arrepiente sinceramente. Más fe para perdonar, pídela tú también. A todos nos hace muchísima falta.

 

 

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