Cercanos a la semana grande para todos los cristianos, nos aproximamos a conocer, a través de Jesús Luengo, el origen y fin de las Hermandades y Cofradías de nuestra Archidiócesis de Sevilla, en torno al culto.
Jesús Luengo es antiguo alumno salesiano, Licenciado en Historia del Arte por la Universidad hispalens130e, Lector, Acólito instituido y Cofrade.
En la actualidad ocupa el cargo de diputado de cultos en su sevillana Hermandad de Jesús Despojado. Profesionalmente ha ejercido como funcionario docente de la Junta de Andalucía. Sus facetas como historiador y divulgador abarcan dos campos principales: la Historia y Patrimonio de Sevilla, con especial dedicación a sus cofradías y hermandades y a la Sagrada Liturgia.
Como escritor es autor de varios libros sobre la Semana Santa de Sevilla y dos novelas, además de la historia de los Salesianos de Triana.
¿Cuál es la finalidad de las Hermandades y Cofradías?
En este sentido, Jesús Luengo opina que lo primero a tener en cuenta cuando se habla de Hermandades y Cofradías es preguntarnos ¿para qué sirven?
“Debemos saber que son asociaciones públicas de fieles, en las que el culto es lo principal y específico. Esto no quieres decir que sea lo exclusivo; también a las hermandades se le pide, por parte de la Iglesia, que se atienda a la formación y a la Caridad (extensible a todos los cristianos)”, puntualiza.
Al respecto, el trípode sobre el que se edifican las Hermandades y Cofradías es el culto, la formación y la caridad, “porque sin el culto serían otro tipo de asociaciones. El culto, la devoción a los titulares, es lo que reúne a los hermanos”, enfatiza Jesús Luengo.
Es por ello por lo que los cultos- explica- tienen dos facetas, los actos litúrgicos y los relacionados con la religiosidad popular.
“¿Qué actos son litúrgicos? Para no entrar en una definición extensa de liturgia, decimos que la liturgia serían las celebraciones de los sacramentos, y también serían actos litúrgicos, los sacramentados, como las celebraciones de las Coronaciones de la Virgen”.
De acuerdo a Jesús Luengo, todos estos actos litúrgicos se rigen por un libro oficial expedido por la Santa Sede en una edición típica.
“La estación de penitencia y todas las procesiones entrarían en el ámbito de la piedad popular, salvo las procesiones con el Santísimo, que tendrían consideración de actos litúrgicos. Además, los triduos, quinarios, novenas, septenarios, rezos del Rosario y Viacrucis, también son actos de cultos no litúrgicos ligados a la piedad popular”, manifiesta el diputado de cultos de la Hermandad de Jesús Despojado.
Hay que aclarar- agrega- que el origen de la celebración de los quinarios y cultos similares, no consistía en la celebración de la Eucaristía (como lo es actualmente), si no que eran prácticas separadas de la misa, ya que no era usual comulgar diariamente y el culto consistía en el rezo del ejercicio correspondiente, con la predicación del sacerdote, y culminaba con la Función Principal de Instituto celebrando la Santa Misa, donde ya los hermanos comulgaban, tras hacer la protestación de fe.
Considera Jesús Luengo que siendo las Hermandades y Cofradías “especialistas” en el culto, principal y especifico fin de ellas, “todas las celebraciones se realizan de forma sobresaliente, destacando el cariño con el que se preparan”.
Afirma además que la Sacrosantum Concilium orienta sobre cómo debe ser la participación de los fieles en relación a las contestaciones unánimes y la postura de los asistentes, dando importancia a la acogida y cercanía, el compartir la fe entre todos y el sentimiento de pertenencia a la Iglesia Católica.
Jesús Luengo colabora de manera habitual con el portal Arte Sacro de Internet y dirige el boletín de la Hermandad de Jesús Despojado. En su faceta como liturgista ha impartido numerosas conferencias en hermandades y cofradías en toda Andalucía principalmente, colaborando con numerosas publicaciones cofrades y con la delegación de Liturgia de la Archidiócesis de Sevilla.
María Carmona.