Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,1-3):
En aquel tiempo, Jesús iba caminando de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo, predicando el Evangelio del reino de Dios; lo acompañaban los Doce y algunas mujeres que él había curado de malos espíritus y enfermedades: María la Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Cusa, intendente de Herodes; Susana y otras muchas que le ayudaban con sus bienes.
Comentario
Les servían con sus bienes
He aquí una somera descripción de los discípulos de Cristo. Un grupo heterogéneo ambulante que, a priori, no invita demasiado a unirse a él: los doce apóstoles y un puñadito de mujeres sanadas de las que se menciona a la Magdalena, la esposa de un alto cargo del tetrarca, una tercera mencionada por su nombre y el resto, del que sólo se nos aporta el dato de que le ayudaban con sus bienes. Y lo ponían a disposición del Maestro, como luego harán lo propio las primeras comunidades cristianas según nos narra el libro de los Hechos de los Apóstoles. Seguramente, esa comunión de bienes la habían conocido y seguido en vida de Cristo, por lo que luego les resultó más fácil proponerla a los primeros discípulos de las iglesias primitivas. También hoy, a nosotros, se nos está pidiendo servir con nuestros bienes la construcción del Reino de Dios. No es sólo la limosna del primer domingo de mes para Cáritas o la suscripción mensual en favor de la parroquia, sino también donar tiempo, empeño, habilidades y energía para llevar adelante la misión que Cristo demanda de nosotros. ¿Y tú, sirves también con tus bienes al bien común?