«El encuentro con Jesucristo fue el inicio de una vida en mayúscula»

 

«Mi encuentro con Cristo ha sido un antes y un después para mi vida, para mi fe, para mi vida humana, para mi vida personal.
A partir de ese momento tomé conciencia de que realmente Jesucristo no era el Señor de mi vida, aunque yo creía que era el Señor de mi vida, no era el Señor de mis decisiones ni de mis motivaciones. Me di cuenta que como ciudadana del cielo que soy, necesitaba y necesito aprender a caminar dejándome guiar en todo momento por el Espíritu Santo.

El encuentro de Jesucristo cambió mi vida social, empecé a dejar de ver personas, apariencias y empecé a ver corazones, personas que probablemente antes de ese momento jamás habrían formado parte de mi vida, empezaron a formar parte de mi vida, desaparecieron los prejuicios, a partir de allí sentí anhelo de comunión, de Iglesia y empecé a amar a María.

Yo creo que el encuentro con Jesucristo fue el inicio de una vida en mayúscula».