Gracias al testimonio de misioneros de su parroquia sevillana, Francisco Trigo, ordenado diácono de la Archidiócesis de Sevilla recientemente, ha vivido la experiencia de trasladarse a una tierra de misión para llevar allí el Evangelio y nutrirse además con las vivencias de los hermanos católicos de Nsok Nsomo de Guinea Ecuatorial.
«Aunque no soy misionero he estado tres semanas compartiendo mi fe con los feligreses de la parroquia africana y he visto en ellos el rostro de Dios».