Soy Pablo Delgado e hice mi Cursillo en febrero de 2008, hace ya casi 12 años y quiero compartir con vosotros lo que supuso ese momento.
Cuando me invitaron al Cursillo, yo pensé que qué me iban a enseñar a mí, si yo era una buena persona, un buen cristiano, iba a Misa, no mataba, no robaba, había sido catequista… ¿qué me iban a enseñar a mí? Pues de mi experiencia del Cursillo, yo saqué 3 ideas fundamentales para aplicar y cambiar mi vida; aunque lo importante no son esas 3 ideas sino, quién me las dio: Jesucristo vivo y resucitado que me ama a mí personalmente con locura, a pesar de mis miserias, mis flaquezas, mis fallos, mis pecados, etc. Y que cuenta conmigo y me necesita para seguir expandiendo su Reino en este mundo.
Pues bien, esas 3 ideas son:
- La parábola de los talentos: el Señor me hizo ver que yo tengo unos talentos específicos, para poner al servicio del Bien, a Su Servicio, al servicio de la Iglesia. Y además, a lo largo de estos años me ha dado a entender que esos talentos pueden ir cambiando en función de las circunstancias, que no siempre son los mismos, sino que evolucionan, en la medida en que el servicio lo requiere. Y me da mucha pena comprobar como tantas personas que han pasado por un cursillo y el Señor les ha descubierto sus talentos, a los pocos días los han enterrado, no los han puesto en valor y se han olvidado de ese maravilloso descubrimiento.
- En segundo lugar, el pasaje en el que el Señor dice que el que conmigo no recoge, desparrama; la tibieza. Así es como llegué yo al cursillo, tibio, cumpliendo y poco más, sin meterme en complicaciones. Y me propuse ayudar al Señor a recoger, a sembrar el bien en mi vida, en mi familia, en mi entorno, en la Iglesia en definitiva. Y por eso me involucré de forma activa.
- Y por último, una frase que rezamos en el Padrenuestro y que me hizo también cambiar mi perspectiva: “Hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo”. No es más que depositar nuestra confianza absoluta en el Señor, es fiarnos de El siempre, no sólo darle gracias cuando las cosas salen bien, sino sobre todo cuando no salen cuando pensábamos, cuando los problemas de la vida vienen, cuando no vemos el sentido a las cosas, ni el por qué, CONFIANZA EN EL SEÑOR, ya lo entenderemos cuando lleguemos al Cielo.
Pues estas 3 ideas transformaron mi vida aquel mes de febrero de 2008 y lo siguen haciendo hoy día, con mis días mejores y mis días peores, pero siempre siendo ¡¡DE COLORES!!
Testimonio en la Ultreya de la conversión de San Pablo del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Sevilla