¿Conoces la historia de la imagen del Cristo de los milagros?
En la famosa Vía del Corso, famosa por ser una de las calles más transitadas para hacer sus compras, se encuentra la iglesia de San Marcelo, que conserva el venerado Cristo milagroso.
Es una iglesia muy antigua del s. IV fundada por papa Marcelo I quien fue perseguido por Majencio y condenado a realizar los trabajos más pesados en los establos del catabulum (la oficina central de correos del estado) hasta su muerte por agotamiento. En la misma iglesia se encuentran sus restos.
Las tradiciones de milagros atribuidas al «Santo Crucifijo» comenzaron el 23 de mayo de 1519 cuando un incendio, durante la noche, destruyo completamente la iglesia dedicada al Papa Marcelo. A la mañana siguiente todo el edificio se había reducido a escombros, pero de entre las ruinas emergió intacto el crucifijo del altar mayor, al pie del cual aún arde una pequeña lampara de aceite. Esta imagen toca profundamente a los fieles, moviendo a algunos de ellos a reunirse todos los viernes por la noche para rezar. El 8 de octubre de 1519 el Papa León X ordeno la reconstrucción de la iglesia.
Tres años después del incendio, Roma fue golpeada por la «Gran Peste». El pueblo llevo el crucifijo en procesión, logrando superar incluso las prohibiciones de las autoridades, comprensiblemente preocupadas por la propagación del contagio. El crucifijo fue sacado y conducido a través de las calles de Roma hasta la Basílica de San Pedro. La procesión duro 16 días y a medida que avanzaba, la peste daba señales de regresión, por lo que cada distrito trato de mantener el crucifijo el mayor tiempo posible. Al final, al volver a la Iglesia, la plaga había cesado por completo. Desde 1600, la procesión de la Iglesia de San Marcello a la Basílica de San Pedro se convirtió en una tradición durante el transcurso del Año Santo. En el reverso de la cruz están grabados los nombres de los diferentes Pontífices y los anos de los jubileos.
Desde el año 1650, el crucifijo milagroso se lleva a San Pedro para cada año santo.
En la Cuaresma del Gran Jubileo del 2000, el Crucifijo milagroso fue expuesto en el Altar de la Confesión en San Pedro, y frente a su imagen san Juan Pablo II celebró el “Día del Perdón”
Papa Francisco también se encomendó al santo Crucifijo el día 15 de marzo del 2020, para que cesara el flagelo del coronavirus que ha cobrado tantas vidas en todo el mundo y en la bendición Urbi et Orbi presidió una liturgia de la Palabra ante el icono de la Virgen ‘Salus Populi Romani’ (la Virgen de la Salud) y el Cristo de los milagros.
Fuente: Aleteia y VaticanNews.