Vivir el matrimonio y la vida familiar, ya de por sí es complicado en una situación normal. Cuanto más en una situación de confinamiento en donde, a los problemas maritales o familiares habituales, hay que añadir varios que nos han llegado sobrevenidos por dicha situación: tele-trabajo, desempleo, estudio de los hijos en casa, quizás enfermedad, etc. Todos estos problemas, y sin una vía de escape, sin un momento de intimidad, sin un momento exclusivo para uno mismo, hacen que cada vez sea más necesario tener un plan.
Este plan que planteamos se basa en una serie de mejoras que, llevadas a cabo, según nuestra experiencia, hacen vivir una transformación real del matrimonio:
1.- SABER EXPRESAR EL AMOR
Nosotros tendemos a amar a las otras personas en la forma en que nos sentimos amados, expresamos nuestro amor en nuestro propio “lenguaje del amor” (Los 5 lenguajes del amor, de Gary Chapman). El problema reside en que, si nuestro cónyuge tiene otro lenguaje diferente al nuestro, podemos estar esforzándonos mucho en amarle, pero él/ella no se entera, no es capaz de descifrar el mensaje, pues habla en otro lenguaje. Vamos a identificar los 5 lenguajes del amor que describe Gary Chapman en su libro:
- Palabras de afirmación: Si tu cónyuge tiene este lenguaje, se sentirá amado, valorado, cuando le dediques palabras de agradecimiento por los esfuerzos realizados. Por ejemplo, si baña a los niños, baja la basura, hace la cena, recoge la cocina o friega los platos; aunque realmente pienses que es su obligación porque también son sus hijos, también genera basura, ha cenado como los demás etc. Se trata de que tu cónyuge se sienta valorado y amado en lo cotidiano, en lo sencillo en el día a día. No todos los días tenemos la oportunidad de hacer cosas extraordinarias, pero sí necesitamos sentirnos amados.
- Detalles: Las personas que se sienten amadas con este lenguaje del amor, son las que habitualmente valoran mucho que nos acordemos de ellas con un detalle físico. No tiene que ser muy valioso, simplemente ser personal; que identifiquen que nos hemos acordado de ellas y que le hemos hecho o comprado este detalle. En confinamiento es difícil el hacer detalles, pero siempre se puede escribir un poema, hacer una tarjeta, al ir a la compra traerle algún caprichito que le gusta especialmente, etc.
- Actos de servicio: Cuando uno de los cónyuges hace tareas o acciones para la ayuda, como por ejemplo limpiar la casa, preparar la cena, bañar a los niños, bajar la basura, ayudarle con las tareas escolares que tienen que realizar los hijos, a esta persona le hace sentirse amada y valorada.
- Toques cariñosos: No sólo se trata de relaciones sexuales; las personas que se sienten amadas con este lenguaje de amor, aprecian una caricia, un abrazo, cogerse de la mano, un beso. Deja de vez en cuando por un momento lo que estás realizando y ve a buscar a tu cónyuge solo para abrazarle, besarle y decirle que le amas. Si tu cónyuge es de este estilo afectivo, llenarás su depósito de amor y se sentirá muy amado/a.
- Tiempo y atención: Las personas con este lenguaje, requieren un tiempo de calidad en exclusiva para ellas, necesitan tiempo a solas, tiempo donde las escuches atentamente. No es válido para este tipo de personas sentarse a ver a solas en pareja una peli o una serie; normalmente requieren de tiempo sin televisión donde la atención se centre en ella, en sus vivencias y sus inquietudes. Si tu cónyuge es de este estilo emocional, te resultará sencillo una cena a solas cuando los niños estén acostados, sin televisión, donde podáis hablar y sobre todo escucharos.
Identifica vuestro propio lenguaje de amor y comunícaselo a tu cónyuge para que pueda demostrar su amor en vuestro mismo lenguaje, e identificar modos y acciones concretas sencillas con los cuales me siento valorado y amado. Darme un beso al despertarme, prepararme el desayuno, cenar solos y sin televisión, ver una serie o una peli los dos abrazados en el sofá, son algunos ejemplos de acciones concretas a proponer.
2.- TENER RITUALES DE CONEXIÓN
Muchas veces entre los cónyuges ya se tienen pocas cosas en común: se encuentra cada uno haciendo actividades diferentes individualmente, de forma que se ha perdido la perspectiva de matrimonio. Por esta razón es importante establecer ciertos rituales que nos permitan compartir actividades y tener conexión: realizar juntos tareas de la casa, rezar, hacer deporte, tener tiempo de ocio; son muy buenas formas de volver a tener cosas en común. Son hábitos a realizar juntos, por lo que el consejo sería establecer una hora en el día, o un día concreto, para hacer determinadas actividades de un mínimo de 20 minutos, y hacerlas rutinarias. Recomendamos que al menos una de las rutinas a realizar sea de ocio en pareja.
3.- INTERACTUAR Y COMUNICARSE CORRECTAMENTE
Comunicarnos de forma efectiva y asertiva es esencial en una vida normal, cuanto más en una situación difícil como es el confinamiento, donde el estrés, el miedo, la tensión, son emociones que van a condicionar nuestra forma de actuar y acercarnos al otro. Esta situación puede propiciar palabras de ataque, o reacciones como ignorar al otro.
Para mejorar nuestra comunicación se proponen algunas pautas a realizar con la intención de evitar un conflicto, por ejemplo: ver si estoy muy ocupado antes de interrumpirme, llamar mi atención cuando esté realizando otra tarea, responderme cuando te pregunto, no exaltarme al hablar, darnos un tiempo para rebajar el nivel de estrés, aclarar roces y mal entendidos, etc. Complementar dicha mejora indicando a tu cónyuge cómo tiene que actuar cuando se den las siguientes situaciones: cuando tienes miedo, estás triste, enfadado o necesitas cariño.
Finalizamos con una reflexión de San Pablo (Gal 5,13-16): “Estamos llamados a la libertad; sólo que no tomemos esa libertad como pretexto para la carne, antes al contrario, servíos por amor los unos a los otros. Pues toda la ley alcanza su plenitud en este sólo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si os mordéis y os devoráis mutuamente ¡mirad no vayáis mutuamente a destruiros!”.
Dios nos ha dado en nuestro cónyuge una ayuda, un complemento para la gran batalla que es la vida, y Cristo Resucitado tiene poder para regalarte un matrimonio restaurado con un AMOR total, libre y para toda la vida.