Nunca el hombre ha podido entablar más relaciones sociales, pero nunca ha hablado menos que ahora.
El sexto capítulo de la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco nos muestra claramente la necesidad que tiene nuestra sociedad de entablar diálogo. No un diálogo superficial, como vemos a nuestro alrededor y en nosotros mismos, sino uno que nos interpele a nuestra búsqueda de la verdad y que se realice de forma fraterna. Un diálogo en el que se respete y se reconozca al otro.
Frente al creciente individualismo y relativismo, con sus desgarradoras pretensiones de verdad egocentristas, manifestadas por doquier en las redes sociales y en los medios de comunicación, el Papa Francisco nos llama a defender unos principios universalmente válidos, con un corazón abierto que acoja y escuche al que piensa diferente y al que sufre.
La solución no es rechazar nuestra sociedad multicultural y plural, sino avanzar en la misión de la Iglesia de servir a todas las personas sin importar sus trasfondos vitales, ya que todos tenemos una dignidad inalienable simplemente por ser obra y semejanza, hijos, de Dios.
En definitiva, nos pide que construyamos la Cultura del Encuentro, de tal modo que seamos el rostro de Cristo en nuestra sociedad actual. Nos pide que sigamos su mandato de «Amarnos como Él nos amó», concretado en un diálogo fraterno y constructivo, sobre todo entre los más desfavorecidos.
Pablo Bernal Colón
Seminarista de primer curso