Hablar hoy de Planificación Natural de la Familia es ir contracorriente. Lo es desde que, en el año 1968, Pablo VI indicara los Métodos Naturales de Control de la Natalidad como los únicos que la Iglesia propone a los fieles. Esta Encíclica supuso un antes y un después, en el cual nos hallamos ahora. Materia delicada esta de la sexualidad, altas metas y camino de santidad para los matrimonios cristianos, ética de respeto a la vida y su origen, amor que se expresa con gestos de intimidad corporal llenos de donación mutua y ternura, apertura a la posibilidad de tener hijos, aceptados como regalo divino, no como derecho a obtener a toda costa, paternidad responsable y generosa.
Desde el COF de Triana – Los Remedios, para toda la Diócesis, venimos acompañando a las parejas que se interesan por el tema. Son pocas, en relación al número de matrimonios cristianos, porque la mayoría usan métodos anticonceptivos convencionales, cuando quieren espaciar un embarazo, o acuden a técnicas de Fecundación in Vitro, cuando este no llega.
Los métodos Naturales de Regulación de la Fertilidad son buenos, muy buenos. Desde los años 80, que me interese por el tema, no he encontrado ni un sólo caso en que no haya podido enseñarlos, dada la facilidad de su aprendizaje, y su eficacia para evitar el embarazo está catalogada por la Organización Mundial de la Salud con una tasa similar a la de la píldora anticonceptiva.
En el mes de octubre pasado he participado en un Symposium Internacional sobre el tema. Más 3.000 expertos, o no tanto, nos hemos actualizado y conectado en todo el planeta. Desde la Teología del Cuerpo, o la Antropología de la Sexualidad, hasta los últimos avances en técnicas de enseñanza, o en Naprotecnología,- rama esta última de reciente aparición, que es la alternativa natural a la Fecundación in Vitro-, pasando por un repaso a los temas clásicos como los Métodos Sintotérmicos, o el Método de la Ovulación Billings, han compuesto los tres intensos días de intercambio, talleres y conferencias.
La primera Encíclica sobre Ecología está sobre el tapete. Y los Métodos Naturales de Regulación de la Fertilidad también. En una visión profética, que anuncia lo bueno, y rechaza lo malo, la Iglesia, con su Magisterio, nos pone en el camino correcto. El respeto a la naturaleza, y su cuidado, nos pertenece…y en el ámbito de la sexualidad humana aún más. Los Métodos Naturales de la Regulación de la Fertilidad son los únicos que no dañan la relación sexual tanto en su expresión física como en su significado.
Los que trabajamos en estos temas, y en el mundo de la familia en general somos como aquel “resto de Israel” que mantuvo la esperanza en un futuro mejor.
Hace ya muchos años, allá por los 90, cuando dediqué año y medio exclusivamente a la investigación en Planificación Familiar Natural, me encontré con una mujer que acudió interesada en el asunto. Era de Los Pajaritos, con nivel muy elemental de estudios, su marido en paro y alcohólico, con cuatro hijos pequeños,…le pregunté si ella pensaba que estos métodos naturales le servirían de algo, su respuesta me dejó asombrado “con este sistema puedo saber que días soy fértil, y que días no, cuando mi marido llega borracho sabe que puede mantener relaciones conmigo porque tomo la píldora, en cambio ahora puedo decirle, hoy no toca porque soy fértil y esto me hace digna, y lo hago digno a él”.
En una de las primeras conferencias que di, también en esa época, con el auditorio lleno, un hombre se quejó de que estos métodos imponen una abstinencia obligada durante los días fértiles, -cifrados entre 4 a 8 cada mes, dependiendo esto de cada caso, – y antes de darle una respuesta, la propia esposa, que estaba a su lado, le respondió, con una inmensa carcajada de todo el auditorio “tú cumple el resto”.
Los Métodos Naturales son profundamente “feministas”, sólo que aún los movimientos que más batallan en este campo, aún no lo han descubierto.
He enseñado a chicas adolescentes ciegas a reconocer sus signos de fertilidad sin ningún problema, y he visto la gran seguridad que aporta esto a la mujer en el conocimiento de sí misma, y su autoestima.
Decía el doctor John Billings, a quien tuve el gusto y el honor de conocer y aprender de él el método de su nombre, que no debemos preocuparnos demasiado por el mal, porque el mal es una tontería, que se agota sólo, debemos más bien enseñar a vivir lo bueno, que siempre tiene futuro.
Y al final, el zapato de cristal sólo encajaba en aquel pie.
Doctor Serapio Roldan.
COF de Triana Los Remedios.