Ante la incertidumbre sanitaria y conflictos geopolíticos en estos últimos años, se está extendiendo la emoción del miedo. Miedo ¿a qué…?, ¿a enfermar o morir?, ¿a otra guerra mundial?, ¿al desabastecimiento?, etc.
La información que nos llega es interpretada, e incluso “futurificada”, en nuestro interior y, en la mayoría de los casos, con un final poco esperanzador. Comienza con una idea que se rumia reiteradamente, alertándonos y propiciando síntomas de ansiedad o estrés, conduciéndonos a la apatía o a la tristeza, determinando nuestro comportamiento y relaciones humanas. La emoción del miedo proviene de percibir un riesgo o amenaza, imaginaria o real sobre el presente, pasado o futuro.
La interpretación de todo lo que sucede repercute en tus emociones, afectando a conductas relacionales con las personas de tu entorno (cónyuges, hijos, padres, compañeros de trabajo…). Os propongo unas orientaciones prácticas para aliviar nuestro estado interior y mejorar, en consecuencia, nuestra convivencia y trato diario.
- No te domine tu voz interior. ¡Hazte dueño de ella! Esta voz se encarga de ser comentarista mental de lo sucedido, de nuestras inquietudes, desafíos y retos; elogia o critica a los demás e incluso a nosotros mismos. Pon voluntad en desechar y silenciar las ideas negativas para que dejen de invadir tu mente.
- Sé generoso. Haz algo por los demás. Evita aislarte, seguro que puedes ayudar a otros.
- Rodéate de personas que te transmitan alegría, tengan sentido del humor, te apoyen, te comprendan sin juzgarte, que intenten aliviar los momentos de dolor e impulsen lo mejor de ti.
- No busques la perfección, tenemos limitaciones. Enfocarnos en contemplar lo bueno, y las bendiciones y regalos que te da la vida, en lugar de fijarnos en lo que nos gustaría hacer, ser o tener.
- Pensar en el pasado o en el futuro, impide vivir en el presente.
- Sonríe. Puedes notar el efecto de la sonrisa en los gestos que acompaña un simple ¡hola!
- Haz deporte, practica un hobby o busca un lugar para estar en contacto con la naturaleza.
- Agradece a los demás las atenciones, palabras o alguna acción de ayuda.
- Reza. Está demostrado que orar y cantar en grupo rebaja el cortisol, hormona responsable de los estados de tensión, alerta y miedo.
Ejercitar las orientaciones propuestas repercutirá en ti, en tus seres queridos y en tu alrededor. Te aportará confianza, bienestar, protección ante el estrés; mejorará la toma de decisiones y rendimiento, reducirá los estados de ansiedad y potenciará las habilidades que nos posibilitan comunicarnos con los demás sin causar daño, estableciendo relaciones saludables. ¡Inténtalo! Verás un gran cambio. Si encuentras alguna dificultad, te acompañaremos para que lo logres. Puedes contactar con el COF para ello, o para cualquier problemática de ámbito familiar.
San Pío de Pietrelcina resume en esta frase el origen de la inquietud del ser humano, dando una sabia recomendación: Huye de la tristeza porque ésta entra en los corazones que están apegados a las cosas mundanas.
La esperanza y confianza como cristianos es que estamos aquí -en la Tierra- como en un hotel: es un alojamiento temporal. Nuestro hogar es el cielo. “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada? (…) Pero en todo esto salimos vencedores gracias a Aquel que nos amó” (Rm 8, 35.37).
Miriam Vivas Fernández. Colaboradora del COF Aljarafe.