Quizás sea muy simple lo que voy a escribir hoy en este blog. Quizás en su simplicidad esté la clave de lo que quiere ser Expresa. Quizás la Cuaresma sea el tiempo indicado para escribir lo que estoy escribiendo, el tiempo en que la belleza de la primavera y de la próxima Semana Santa florece en nuestros pueblos y ciudades.
Expresa se ha creado para ayudarnos a ver a Dios a través de sus maravillas humanas. Cuando vemos una obra de arte y se eleva nuestra alma es porque Dios está presente en su belleza. Nos lleva a la oración a través de las líneas de la escultura que miramos, las notas musicales que escuchamos, la interpretación de un actor que estamos viendo, una página de un libro incluso de aventuras… nos lleva a sentir a Dios, a percibirlo…
Y muchas veces eso es lo que simplemente estamos esperando. Orar es hablar con Dios pero no siempre son necesarias las palabras, sino solo sentir. Nos afanamos a veces por reclamar una respuesta a nuestra oración, queremos “oírla” en nuestra cabeza o que aparezca de repente cuando abrimos un Evangelio. Sin embargo, esta llamada del Señor, esta respuesta puede ser “sentida” de repente mientras entonamos u oímos una canción o vemos una película o leemos un libro que, a pesar de no hablar de religión o de Dios, nos está transmitiendo un sentimiento más profundo, unos valores que no podemos describir con palabras. Y en esa belleza y esos valores está Dios que nos ama y nos regala siempre lo más hermoso de lo que dispone. Y nos usa como instrumentos para generar esa belleza y transmitir ese sentimiento de plenitud, de corazón lleno.
Hace unos días visité Roma por segunda vez, y no será la última, con unos amigos y mi compañero de vida. Roma me llena de esa belleza cada vez que la visito, y sin palabras quise transmitir esa alegría que Dios me regala a los que me acompañaban. Solo les iba describiendo lo que iban a ver de forma objetiva pero les decía que dejaran que Dios les hablara directamente a través de lo que les iba a penetrar por todos los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el tacto e incluso el gusto. Ver las expresiones de los rostros de esas personas cuando entraron en San Pedro o cuando vieron los frescos de Il Gesù o la Capilla Sixtina fue la prueba más evidente de que Dios estaba actuando en ellos. Las esculturas, los aromas, el mármol y las piedras preciosas, la música…Sus almas fueron plenas de amor a través de la belleza que estaban disfrutando.
Eso pretende Expresa. Llevar a todo el que lo desee la Buena Noticia del Evangelio a través del Arte y permitir a todo el que lo desee compartir la Buena Noticia con sus comentarios o sugerencias de aquellas obras que les han conmovido el alma.
Con este texto quiero dar la bienvenida a este camino que Expresa quiere comenzar y compartirlo con todos vosotros: ¡venid y compartid lo que os llena el alma y llevemos al mundo la Buena Noticia de que el Reino de Dios está aquí en nosotros!
Ángeles García Santana, seglar. 16 de marzo de 2018