El fruto de comer y beber a Cristo es el mismo que el de creer en El y vivir siempre para El. Es encontrarse con la verdadera felicidad en su cuerpo y en su sangre, en el pan y en el vino.
V. Reina del Cielo, alégrate, aleluya.
R. Porque el Señor, a quien has llevado en tu vientre, aleluya.
V. Ha resucitado según su palabra, aleluya.
R. Ruega al Señor por nosotros, aleluya.
V. Goza y alégrate Virgen María, aleluya.
R. Porque en verdad ha resucitado el Señor, aleluya.
Oración: Oh Dios, que por la resurrección de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a los gozos eternos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.
Imagen: Ntra. Sra. del Socorro. Parroquia de Nuestra Señora del Socorro, de Badolatosa (Sevilla)