Victimae paschali laudes es una secuencia prescrita por la Iglesia Católica para la Misa del domingo de Pascua.
Su creación se atribuye a Wipo de Burgundia, monje del siglo XI que fue capellán de Conrado II, pero también se ha adjudicado a Notker Balbulus, Roberto II de Francia y Adán de San Víctor.
Se trata de una de las cuatro secuencias medievales que se conservaron al hacer la unificación del misal tras el Concilio de Trento, pues antes de esta decisión pontificia varias fiestas o solemnidades contaban con secuencias propias y se podía escoger entre alrededor de 16 secuencias para la solemnidad de la Pascua. El misal de Pablo VI mantuvo su uso.
Esta secuencia es uno de los himnos de Laudes de este tiempo de Pascua. Se proclama antes del Evangelio en la Misa del Domingo de Resurrección, y de forma opcional durante los días de la Octava de Pascua.
SECUENCIA DE PASCUA
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Victima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua. »
Primicia de los muertos,
Sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.