El otro día me encontré, sin buscarlo, con un trozo de la epístola de San Pablo a los Tesalonicenses (Cap. 5. 12-22) que me llamó mucho la atención. Lo volví a leer y llegué al convencimiento de que San Pablo era cofrade y la epístola iba dirigida a los hermanos de una Hermandad de Tesalónica.
Aquí está la prueba:
- Os rogamos, hermanos, que apreciéis a los que trabajan entre vosotros, os gobiernan en el Señor y os instruyen.
Sin duda se está refiriendo a la Junta de Gobierno de su Hermandad y al Ordinario del lugar. Anima a los hermanos a apreciarlos y respetarlos
- Tened con ellos las mejores muestras de afecto en consideración a su labor. Que haya paz entre vosotros.
Se ve que en aquel tiempo también había sus más y sus menos entre los hermanos de una misma Hermandad.
- Os exhortamos también, hermanos, a que corrijáis a los indisciplinados, alentéis a los pusilánimes, sostengáis a los débiles y tengáis paciencia con todos.
Sigue siendo un gran consejo, especialmente ése de tener paciencia con todos.
- Estad atentos para que nadie devuelva mal por mal; al contrario, procurad siempre el bien mutuo y el de todos.
“Procurad el bien de todos”. Eso de las banderías y divisiones dentro de la Hermandad no es nuevo, parece.
- Estad siempre alegres.
Con gente triste y pesimista no se va a ningún lado. La Hermandad es un ámbito de alegría compartida entre personas que tienen la misma fe, devociones e ilusión por mejorar en su vida personal.
- Orad sin cesar.
Entonces, como ahora, se ve que sobraban cotilleos y faltaba oración, que es la que realmente sostiene a la Hermandad.
- Dad gracias por todo, porque eso es lo que Dios quiere de vosotros en Cristo Jesús.
Pero poniendo antes todos los medios para que las cosas salgan bien, no poniendo obstáculos a la voluntad de Dios, empeñándome en sacar adelante la mía.
- No extingáis el Espíritu, 20.ni despreciéis las profecías;
Habla de las profecías, no de los agoreros de desgracias si las cosas no se hacen a su gusto.
- sino examinad todas las cosas, retened lo bueno
Y olvidar lo malo, podría haber añadido, sin empeñarse en mantener heridas abiertas
- y apartaos de toda clase de mal.
Esté donde esté y aunque se camufle de “amor a su Hermandad”.
* * *
Lo dicho: un cofrade de los que dice lo que debe aunque hubiera quien pensase que tenía intereses personales al decir estas cosas. Al final, incluso dos mil años más tarde, sus ideas permanecen.
Lo que no sabemos es en qué quedaría lo de esa hermandad de Tesalónica, ni donde fueron a parar sus imágenes y enseres.