Nos decía el Arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo Pelegrina, el domingo 17 de diciembre en El Correo de Andalucía: El Seños inundará de alegría los corazones angustiados porque va a comenzar una etapa de perdón y salvación. Titulaba su artículo nuestro Arzobispo «Alegraos porque el Señor está cerca». Es cierto, es tiempo de alegría, y también de esperanza.
He leídos numerosos artículos este tiempo en la prensa de esta ciudad sobre la alegría navideña, la iluminación y el sentido de este tiempo. Por ejemplo, un excelente artículo de Francisco Robles en ABC aludiendo al tema. Es tiempo de alegría y cada uno lo manifiesta de una manera, y lo siente cada cual con matices y sentimientos diferentes. Vivimos una sociedad compleja, diversa que habría que analizar de manera más profunda para establecer encuentros y aliviar desencuentros. Es tiempo de Navidad.
Sevilla se viste de luces y el Belén está en el Arquillo. El Ayuntamiento ha engalanado la ciudad para la Navidad, los puestos de belenes están en la Avenida de la Constitución (cualquier cambio de ubicación, que no sea devolverlos a la Plaza Nueva, debería ser meditado con mucho cuidado; quizás lo mejor sea dejarlos donde están para el año próximo), los puestos de artesanía han vuelto a la Plaza Nueva y hay muchos mercadillos por Sevilla. Numerosos excelentes belenes en iglesias e instituciones. El Círculo Mercantil ha realizado una labor magnífica. Enhorabuena Ayuntamiento de Sevilla por tratar de hacernos una Navidad más alegre en las calles y que cada uno la viva como el corazón le inspire. En el fascículo especial de Navidad de ABC, Sevilla en Navidad, Javier Rubio ha escrito en él un magnífico artículo titulado «Navidad, los días escondidos».
Hace dos días, con un grupo de jóvenes hablaba de la Navidad y les pregunté qué significaba para ellos, todos me contestaron «vacaciones» como palabra clave. Evidentemente la Navidad, para muchos de nosotros, es más que las «fiestas navideñas». Quizás tenemos que trabajar y divulgar más el sentido trascendente de la Navidad, y su papel transformador. Como ha dicho el Arzobispo de Sevilla, es tiempo de amor, perdón, esperanza y alegría.
La Navidad para muchos es más que una fiesta. Jesús, en su pesebre, en iglesias, instituciones y hogares ha vuelto, y un nuevo tiempo se anuncia. Miremos al Niño Jesús en su pesebre, miremos con el corazón, y podremos contemplar el mundo y la sociedad de otra manera que facilite esperanza a una sociedad que lo necesita. Jesús ha nacido, alegrémonos.