Continuamos con los mensajes clarificadores que dio D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, en su conferencia «La implicación de las comunidades cristianas en la pastoral de las vocaciones», el pasado 26 de abril, en el marco del Seminario de Estudios Laicales «Miguel de Mañara», organizado por la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar, dirigida por D. Enrique Belloso, bajo el título «La Iglesia ante un cambio de época».
Hoy muchos movimientos, nos recordaba D. Juan José, defienden la vida sana y la ayuda al prójimo, cosas indudablemente esenciales, pero falta, a veces, el contenido básico de la fe cristiana. Nos decía en su intervención el Arzobispo de Sevilla que “hay que regenerar el humus cristiano”. Los biólogos sabemos bien el papel del humus en el suelo, por eso me parece una frase profunda. El humus estabiliza, da nutrientes, guarda el agua, permite que haya oxígeno para los seres vivos del suelo; en definitiva, permite la vida en el suelo. Tal es el papel del humus de la Fe cristiana en la comunidad. Pero el mundo ha cambiado, la sociedad manifiesta transformaciones continuas. La sociedad es un sistema complejo adaptativo, por eso hay que regenerar el humus cristiano, el que da vida y estabilidad con una sólida base evangélica.
Pide Don Juan José que se les hable a los jóvenes de Dios. Ayudar a los jóvenes a preguntarse qué quiere Dios que haga con mi vida representa un giro copernicano engarzado en cuestiones como: ayudar a encontrar la huella de Jesús, hablar del Espíritu Santo, vivir impregnado en la gracia de Dios, apoyarnos en la apologética defendiendo la vigencia actual del mensaje evangélico, amar al prójimo por amor a Dios, luchar contra el pecado del mundo a través de la ascesis, hablar de la oración como experiencia personal. Todo un conjunto de principios inspiradores, basados en el Evangelio, para regenerar el humus cristiano en la sociedad.