Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,44-46):
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.»
Comentario
El tesoro escondido. Qué hermosa parábola del Reino de los cielos. Quien lo encuentra, vende todo lo que tiene y compra el terreno donde se produjo el hallazgo. Hace bien poco, en Tomares -un pueblo al lado de Sevilla-, unos albañiles dieron con un tesoro de monedas romanas mientras trabajaban en las obras de un parque. Como manda la ley, dieron aviso inmediato y no tocaron nada. El hallazgo era muy valioso en términos arqueológicos y patrimoniales. Pero cuando han ido a reclamar el premio que estipula la norma estatal para quien descubre un tesoro, se lo han regateado y tendrán que pleitearlo en los tribuanles. Qué diferente con este otro tesoro del Reino de los cielos que es de quien lo encuentra sin discusión. No hay que exhibir ningún título, basta con tener la gracia de hallarlo y querer excavar ahondando en lo escondido para quedárselo. Si lo has encontrado, deshazte de cuanto te distraiga y concéntrate en sacarlo a la luz. Es tuyo, por supuesto, pero compartido se disfruta mejor. ¡Y enhorabuena!
