Creo que todos nos hemos sobrecogido al ver arder Notre Dame de Paris. El momento de la caída de la aguja de esta joya del gótico hizo gritar a mucha gente que lo presenciaba en directo. Todos los que lo vimos por televisión sentimos como se nos encogía el corazón, algo se perdía quizás para siempre Las personas que ha tenido el privilegio de rezar en su interior ante la preciosa imagen de la Virgen María seguro recuerdan el momento de profundo recogimiento que tuvieron en este templo católico.
Es una pena que algo que ha sobrevivido al tiempo y la barbarie de la historia, en este espacio de adelantos técnico, pueda sufrir un incendio de tal magnitud. Es un tema que habría que investigar con detalle y sin duda depurar responsabilidades.
Pero hay una cosa que me llama la atención. El rasgo de generosidad inmediato hacia este templo esencial de las grandes fortunas. Las marcas más mediáticas han corrido a dar cientos de millones para sufragar los gastos de reconstrucción. Espero que no sea por imagen de mercado de esas marcas para ricos. Y me pregunto ¿leemos de verdad el mensaje evangélico? ¿Leemos lo que dice Jesús de Nazaret sobre los pobres, los migrantes, los perseguidos, los que sufren, los perseguidos, los miserables de la Tierra y un largo etcétera? Los desvalidos del mundo y la sociedad objeto del amor y el cuidado del Hijo de Dios. ¿Donde está la generosidad de las grandes fortunas ante el clamor de un mundo doliente, sufriente y empobrecido? ¿Cuánto dinero han dado las grandes fortunas por los que sufren ante el silencio y el mirar para otro lado de un sector de la clase política o de la Unión Europea en su conjunto?
Quizás, ante esta desconsideración global por el sufrimiento hubiese sido un buen signo que las grandes marcas y fortunas hicieran una aportación económica como se ha hecho ahora y evidentemente es de agradecer que se haga para la reconstrucción de un templo tan importante. No critico, evidentemente, que se quiera reconstruir un templo como Notre Dame, es algo muy deseable, analizo el tema desde una perspectiva de sufrimiento global planetario y el papel de los que más tienen en cambiar las cosas hacía un mundo mejor.
Foto EuropaPress