Los jóvenes congregados en Salamanca han entendido magníficamente que todo cambio social requiere el personal. De lo contrario, no se va a ninguna parte. De ahí que en las conclusiones que han presentado en esta nueva edición del Parlamento Universal de la Juventud (PUJ) que acaba de finalizar hayan subrayado que “aprender a dialogar y a tomar decisiones juntos como vía para la paz es la solución. Así lo han puesto de relieve en el Manifiesto que han presentado en la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) recogiendo el trabajo de tres mil jóvenes parlamentarios de 31 países, de distintas tradiciones y confesiones, en un rico ambiente multicultural gracias también a la presencia de jóvenes de nacionalidades indígenas andinas y amazónicas.
Para que la paz no se enturbie, es preciso defender la “comunión frente a individualismo, diversidad frente a uniformidad, la crisis como oportunidad y la apertura a la transcendencia son algunas de las bases para construir una paz duradera a través de la toma de decisiones en cualquier ámbito vital. Comparando la paz con un edificio en continua construcción, los jóvenes afirman que los pilares del mismo, entre otros, son la prioridad de los procesos sobre lo inmediato, la riqueza de lo diferente, el bien común y la ayuda mutua. Todo ello como condición para que las decisiones conjuntas provengan de relaciones y diálogos en y desde la paz”.
El PUJ es un foro ecuménico ideado por Fernando Rielo en 1981 y que en esta edición ha debatido sobre “Paz en construcción: tomando decisiones juntos para una nueva civilización”. Ésta era la quinta sesión plenaria internacional a la que han asistido 120 jóvenes de América, África, Asia y Europa, e incluso de las nacionalidades indígenas ecuatorianas otavalo y shuar. Es promovido por la organización internacional Juventud Idente con el apoyo de la UPSA y de la Fundación Fernando Rielo.
El presidente de la Fundación Fernando Rielo y de los misioneros y misioneras identes, P. Jesús Fernández, ha enviado un mensaje a los jóvenes subrayando que el progreso científico y técnico no ofrece en sí mismo la paz, aunque ésta no es posible sin aquél, pero requiere la preocupación por el otro y por el cuidado del planeta. Hay que construir vínculos humanos auténticos y, citando a Fernando Rielo, saber que el amor es el motor de la historia, de la ciencia, la familia y la paz.
Así mismo, se ha contado con la presencia de Marta Simoncelli, coordinadora para la península ibérica de Scholas Occurentes, quien manifestó que foros como este son la expresión máxima de una educación que incluye a la familia y a toda la sociedad, sin lo cual no es posible la paz. Elogió además que el Manifiesto del PUJ proponga construir puentes y la cultura del encuentro.
El obispo de la diócesis de Salamanca, Mons. Carlos López Hernández, ha destacado por su parte, la profundidad del Manifiesto del PUJ pues yendo más allá de lo sociológico y de lo político refleja el humanismo de la bienaventuranzas, recordando que el humanismo de Cristo es válido para todos los seres humanos. Animó a los jóvenes a no olvidar que sólo desde la paz interior, don pascual y fruto de la reconciliación que nos trae Cristo, es posible transmitir y construir la paz.
Tras el solemne momento de firma del Manifiesto por parte de todos los jóvenes, se anunció que la sede de la edición del 2021 será en Quito (Ecuador) con el tema marco de La libertad de pensamiento, de expresión y las redes de comunicación.
Las ediciones anteriores se han celebrado en Roma (2009), la ONU en Nueva York (2010), la Universidad de Humboldt- Berlín (2014) y Pekín (2017). Esta sesión internacional ha contado con la habitual colaboración de la Universidad Técnica Particular de Loja (Ecuador), de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (sedes de Ibarra y Santo Domingo), Blanquerna-Universitat Ramón Llull, Universidad Católica de Murcia y de la Universidad Francisco de Vitoria.
Los jóvenes siempre abanderados de los grandes ideales, si alguien les ha seducido con ellos. Lo han puesto de manifiesto una vez más.