Cada septiembre desde el año 2015 se celebra la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, establecida así por el Papa Francisco en coherencia con el tema que desarrolla en su imprescindible Carta Encíclica Laudato Si’ sobre el cuidado de la casa común. En la revista Alfa y Omega del diario ABC, en su número 1.131 correspondiente a la semana del 5 al 11 de septiembre de 2019, aparece un excelente trabajo de María Martínez López titulado «No hay voluntad política de cumplir la normativa ambiental», cuya lectura recomiendo.
En dicho artículo se recuerda la importancia para el mundo y el planeta de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. La oración es necesaria y el planeta, su biosfera y los seres humanos que formamos parte de ella necesita del poder de la oración en la situación que vivimos y podemos ver cada día en los informativos. La ambición de dinero y poder no tiene límites hoy desarrollada por una minoría que lleva al sufrimiento a la inocente Tierra. Por eso esta jornada es esencial. Se pide que cada uno de nosotros elevemos una oración por los inocentes, seres humanos y otras especies de plantas, animales, hongos y microorganismos beneficiosos para el bien común de la Biosfera compartida, nuestra casa común como dice el Papa Francisco.
Es importante ver como la Iglesia le da la mano, lo dice María Martínez López, al Ecologismo y añado yo al conjunto de movimientos ciudadanos de la sociedad civil que buscan un mundo mejor.
La Iglesia, como nos pide el Papa Francisco, debe ser partícipe activo de esta lucha imprescindible por la ecología para construir un mundo mejor, en el marco de una Biosfera compartida, con una sociedad más justa, equitativa, social que favorezca el Bien Común, como nos marca el buen Evangelio de Jesús.