Carlos Navarro Antolín nos regalaba un hermoso artículo en Diario de Sevilla (8 de septiembre) sobre la propuesta realizada por el Papa Francisco de nombramiento de cardenal del sacerdote sevillano Miguel Ángel Ayuso Guixot, misionero comboniano, que se materializará el día 5 de octubre. Nos hace Carlos Antolín una semblanza biográfica que pone de manifiesto sus profundas raíces sevillanas.
Actualmente, Monseñor Ayuso dirige un importante ministerio de la Santa Sede, como es el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Dicho Pontificio Consejo constituye un elemento clave para el entendimiento entre las religiones de nuestro planeta. El Papa Francisco, como otros pontífices anteriores, inspira el diálogo entre las religiones como algo imprescindible en el mundo actual.
Para el nuevo cardenal, de acuerdo con el artículo de prensa citado “el futuro pasa por el entendimiento de todas las tradiciones religiosas, culturales y sociales”. Es imprescindible que las personas de distintas religiones se entiendan y ayuden juntos a la construcción de un mundo y una sociedad más justa y equitativa. El Bien Común Globalizado no se instaurará sin ese diálogo, un encuentro y el establecimiento de un camino colectivo que conduzca a la humanidad, junto al conjunto del resto de la Biosfera, a una meta deseable en el escenario de una Noosfera que nos lleve a la comprensión de nuestro futuro trascendente.
Los cristianos somos 2.100 millones (un 30% de la humanidad), los musulmanes son el 21% de la población mundial y los hinduistas el 15%. Los judíos son casi 14 millones. Pero hay muchas expresiones de religiosidad en el mundo. Si todos tuviésemos en cuenta realmente nuestros principios religiosos en la vida diaria, en nuestras relaciones personales, en la vida laboral y profesional, el mundo sería otro, la sociedad sería distinta.
El diálogo entre religiones es esencial y también lo es el desarrollo de un camino común de transformación de un mundo herido y de una sociedad doliente, una vía común basada en lo que nos une.
Los cristianos tenemos una fuente de inspiración, un camino de trascendencia, muy clara y concreta como es el Evangelio, al que nos llama cada día el Papa Francisco, junto con nuestros Obispos y Arzobispos. Si todos los cristianos llevásemos a la práctica el mensaje evangélico en nuestra vida, en nuestro trabajo, en nuestro compromiso político, contribuiríamos de una manera efectiva a alcanzar una sociedad mejor. La unión de todas las religiones y caminos trascendentes es importante, por ello la labor de Monseñor Miguel Ángel Ayuso Guixot es muy importante y debemos ayudarle con nuestra oración continua.