La Virgen de Consolación tiene una larga tradición en Utrera desde la antigüedad en la que fue protagonista de la romería antigua más importante de España.
La venerada imagen de Ntra. Sra. de Consolación es una talla pequeña de virgen sedente de estilo tardobizantino, que se remonta a finales del siglo XIV, aunque se modificó su apariencia externa posteriormente para adaptarla a los gustos del barroco imperante en la baja Andalucía.
A pesar de este cambio a erguida y revestida de ricas telas, no se menoscabó la gran devoción centenaria que recibía desde los comienzos de su veneración en esta campiña sevillana.
Era una época en la que Utrera se llenaba con personas procedentes de todos los rincones cada 8 de septiembre, una devoción a la Virgen que incluso cruzó el océano y se convirtió en una de las advocaciones más conocidas del continente americano.
El fervor popular se tradujo en romerías de más de treinta mil personas en una época en la que España apenas contaba con seis millones de habitantes.
En el siglo XVIII, el rey de España, Carlos III prohibió su romería por los desórdenes y altercados que se provocaban y la imposibilidad de controlar a un número tan importante de personas en un lugar tan reducido. A partir de ahí, comenzó otra historia para la Patrona de Utrera, una más local, aunque aún a día de hoy, son varios millares de peregrinos los que vistan su santuario como testigos de su pasado y como muestra de que su devoción aún perdura después de tantos siglos de historia y tantas vicisitudes.
Son muchos los hijos de Utrera que vienen a visitarla cada día, así como multitud de foráneos que mantienen viva esta veneración por transmisión familiar o de sus respectivos pueblos.
Esta imagen es de gran devoción también para los obispos diocesanos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Entre ellos los sacerdotes utreranos de todos los tiempos que, como hoy, nos sentimos profundamente agradecidos a esta Madre del Consuelo que tanto ha intercedido ante su Divino Hijo, para que no faltasen vocaciones entre los hijos de Utrera.
Entre estos afortunados me encuentro yo, gran devoto de la Madre de Dios en esta amabilísima advocación. por eso agradezco al Sr. Rector, también paisano e hijo de Utrera, la gran idea de ofrecernos la oportunidad de cantar las glorias de tan tierna y generosa Madre durante su novena al nutrido grupo de sacerdotes utreranos que en la actualidad nos vimos llamados a este ministerio.
(Palabras de D. José Capitas Durán, predicador del día 7 de septiembre en la novena, autor de esta oración dedicada a la Virgen de Consolación).
Que Dios te salve Patrona
Que Dios te salve Señora
Que Dios que te dijo Madre
Te colme de la Gracia toda.
Navega con nosotros Señora
Sé modelo del navegante
Que marineros somos ahora
por estos océanos y mares,
no sea que alejados de ti
perdidos vayamos errantes.
Nuestros pasos guíalos tú
con tu ejemplo siempre delante
Y aunque a veces estemos rendidos
que la Fe nos diga: ¡adelante!
Esperanza del pueblo de Utrera,
Aurora y brisa de todas las gentes,
Que seamos nao, insignia y bandera
De Amor y Consolación oferentes.
Derrama tu Gracia abundante
A todo el que aquí te venera,
Que cambiemos de vida al instante
Y seamos cristianos de veras
Queremos rezar a tus plantas
y en tu galeón después de rezarte,
sentir que ya somos del cielo
y que aquí se vive un instante.
Que viva como un hijo amante
y El que en tus brazos se acuna,
de Utrera a la gloria nos suba,
que desde la cruz con Perdón me lucrase.
Que Dios te salve Patrona
Que Dios te salve Señora.
Que Dios que te dijo Madre
y Consuelo como dice mi gente
Te colme de la Gracia toda…
Y Tú la prodigues como otrora
cual raudal de lámpara y fuente.
AMÉN