Tras años de discreto retiro en el Vaticano sosteniendo a la Iglesia con su oración, el 30 de diciembre moría Benedicto XVI, el denominado “papa emérito” que ha convivido con el Papa Francisco los últimos años. Siempre en la sombra, como parecía corresponder a un hombre extremadamente educado y que sonreía con dulzura, aprovechó hasta el final de sus días un tiempo que hubiera querido para sí, en su tierra. Nunca ambicionó el papado, si bien nunca huyó de sus responsabilidades una vez asumido este y durante los ocho años en que estuvo al frente de la Iglesia Católica en Roma.
Sin quererlo, el Papa Benedicto fue un hombre que generaba polémica, un hombre en la picota. Por sus actuaciones y escritos pero sobre todo por la comparación con su predecesor, Juan Pablo II, de cuyo carisma carecía; y de su sucesor, el Papa Francisco, más pastor que intelectual. Incluso estos días postmortem, en periódicos y redes su figura vuelve a ser controvertida: agradecimiento a un hombre humilde y entregado hasta la saciedad en servicio a todos. Pero también acusaciones de algunos detractores que nunca comprendieron ni mucho menos aceptaron su trayectoria personal.
¿Cuánto hay de verdad en lo que se dice, en lo que se respira en el ambiente? Recomiendo vivamente la lectura de la más completa biografía que se haya escrito sobre el personaje, la de Peter Seewald que lleva por título Benedicto XVI. Una vida (2020). Conviene tomársela con calma porque si no, sus 1080 páginas aterrarán al posible lector. Pero si se aborda con equilibrio, se descubre un texto apasionante que progresivamente nos va enganchando hasta el punto de no poder soltar su lectura. Y no sorprende porque el autor es un intelectual de peso, un vaticanista que conoció y entrevistó en múltiples ocasiones al biografiado.
El texto se divide en seis partes y un epílogo, al hilo de lo que es una fecunda vida: 1. El niño y adolescente; 2. El alumno modélico; 3. El concilio; 4. El maestro; 5. Roma y 6. El Sumo Pontífice, para cerrar con un epílogo que explica la novedad jurídica de un “Papa emeritus”.
Una trayectoria no sin espinas, desde la niñez de una familia muy sencilla, la adolescencia en la Alemania nazi, la juventud de un brillante profesor y teólogo que, en segundo plano, aporta mucho al Concilio y se ve afectado por la crisis postconciliar y los subsiguientes marxismos, teología de la liberación y otros. ¿Un progresista que asustado se torna en conservador a partir de la crisis del 68 vivida en Tubinga? Aquí parece cebarse la “benedictomanía”. Seewald desmenuza la historia personal de Ratzinger y la contextualiza en el mundo cultural europeo, hilando muy fino y entrando al trapo de los detractores; de modo que el lector puede extraer las consecuencias y hacerse su opinión al respecto con conocimiento de causa.
Por fin su etapa romana (donde nunca quiso estar, Juan Pablo II le llamó hasta en tres ocasiones y la última fue casi una imposición) culmina la tarea de un intelectual y teólogo espectacular, amante de la Verdad y que, ya asumido el Papado, sorprendió con encíclicas como Deus caritas est, lo último que se esperaba del “gran Inquisidor”. Muy acorde con ese “Jesús te quiero” con el que murió en los labios quien había dedicado toda su vida a amar a y dejarse amar por Jesucristo.
Se impone, entonces un repaso a sus libros especialmente la trilogía que escribió sobre el amor de su vida, con pasión pero con una profusa documentación que le permitió contextualizar la vida de Jesús en el mundo judío y confrontar el catolicismo con otras derivaciones cristianas en el mundo contemporáneo. Se impone sobre todo, la lectura ponderada de esta biografía que no decepcionará a quienes busquen la Verdad y deseen disfrutar de una buena lectura.
María Caballero
SEEWALD, Peter. Benedicto XVI. Una vida. Madrid, Mensajero, 2020, ISBN.978.84271.4496.5