Con Dios y en el mundo

Los Institutos Seculares constituyen una realidad no muy conocida dentro del rico panorama de la vida consagrada

Más de 2500 religiosas y religiosos componen el mapa de la vida consagrada en Sevilla, divididos en vida activa (más de 1200 miembros), institutos seculares (cuatro masculinos y ocho femeninos), sociedades de Vida Apostólica (cuatro masculinos y uno femenino) y religiosas de vida contemplativa (en torno a 550).

Un Instituto secular es una asociación de laicos consagrados que siguen los consejos evangélicos mediante votos y que comparten un carisma común con la misión de ser presencia de Cristo en el mundo. Cada instituto tiene su propia fisionomía y su carisma. Pueden ser clericales o laicales, masculinos o femeninos. La peculiaridad que los define es precisamente su secularidad, su inserción en el mundo. Se diferencian de otros religiosos porque viven en familia, tienen una profesión, participan en asociaciones, movimientos culturales, etc.

Estas ‘vocaciones en medio del mundo’ reciben la llamada del Señor a seguirlo en las realidades temporales y comprometiéndose con el mundo de hoy desde su vida cotidiana

Cada persona es una historia. Como nos cuenta Conchita Batres, actualmente secretaria de la Conferencia Diocesana de Institutos Seculares de Sevilla: «Hay quien ha recibido la llamada en su trabajo, sintiendo la necesidad de un compromiso mayor y busca cómo concretar ese compromiso; hay quien conoció a un sacerdote o un miembro de un instituto que le habló de ellos; ha podido sentir la necesidad dentro de sí de vivir consagrada al Señor pero, por sus circunstancias, no podía vivir esa consagración fuera del mundo por responsabilidades familiares u otras obligaciones y, tras búsqueda y discernimiento, descubre que lo suyo es una consagración secular».

Las personas aspirantes a formar parte de un Instituto Secular deben ser personas profundamente creyentes que puedan decir firmemente convencidas: «sé de quién me he fiado», que sean maduras y que estén implicadas en la sociedad. Los miembros de los Institutos Seculares viven felices ese equilibrio entre secularidad y consagración, entre deberes profesionales, sociales y familiares con las exigencias del instituto y de la vocación. ¿Te animas?

 

 

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