¡Me gustan las buenas noticias! Sueño con medios de comunicación que estén llenos de verdad, ajenos a la descalificación, a la manipulación, a la desinformación. La sociedad actual tampoco nos lo pone fácil a los periodistas para transmitir lo bueno. Entre todas las noticias, me enamora especialmente una que nunca ha sido de portada: Jesucristo ha muerto por nosotros, nos ha salvado y con su resurrección nos comunica el Amor y la Misericordia infinita del Padre. ¡Él es la Buena Noticia! ¡La mejor de todos los tiempos! Debería abrir los telediarios: ¡Señores, estamos salvados!
Si Jesús caminara hoy por nuestras ciudades me pregunto cómo comunicaría. Él, que fue el mejor comunicador, nos volvería a mostrar un CAMINO seguro para conocer la VERDAD y llegar a la verdadera VIDA. ¿Y sus seguidores? ¿Alguien conoce mejores cronistas que los apóstoles? ¡Ganarían el Pulitzer! Dios Padre tiene el mejor medio de comunicación lleno de su Palabra: la Biblia, y también el mejor director, el Espíritu Santo que inspira los mejores reportajes y crónicas. La Santísima Trinidad es pura comunicación. Comunicación del AMOR.
La comunicación es una vocación. Somos lo que comunicamos. Tenemos una gran responsabilidad. No tengamos miedo a proclamar la verdad, aunque a veces, como nos dice Francisco, sea incómoda. Debemos realizar una comunicación libre, limpia, cordial. Lo malo se puede comunicar bien. Comuniquemos al estilo de Dios con cercanía, compasión y ternura. De la abundancia de nuestro corazón hablará la boca, el periódico, la radio, la televisión…
María José García, periodista