Cuando la familia es el mejor refugio contra el confinamiento: una Semana Santa muy especial

Sin lugar a dudas, la familia Gutiérrez Báez está viviendo una Semana Santa única. La de 2020 no la van, no la vamos, a olvidar nunca. La Semana Santa del coronavirus. Este es su testimonio. Una Semana Santa confinados y en familia …

«Sin duda, lo primero que pensamos cuando dieron el estado de alarma fue… ¡nos vamos al campo!

Ese lugar de encuentro familiar que nuestros padres nos dejaron y que aún conservamos unidas las cuatro hermanas, donde están nuestras raíces y momentos inolvidables. Ese lugar es ahora nuestro oasis en este tiempo de pandemia.

De las cuatro hermanas, una sigue en Sevilla, otra en Madrid y dos, con nuestros respectivos maridos e hijos estamos aquí, somos diez en total, pero el resto de los tíos y primos están presentes cada día en nuestras oraciones y en nuestro corazón. Y como no… por videoconferencia, el gran descubrimiento en este aislamiento.

Probablemente seamos unos privilegiados en la forma de llevar este confinamiento, por tener más espacio natural y expansión que otras familias, y por ello ofrecemos cada día nuestras oraciones por todos los padres sacrificados, niños pequeños, personas mayores, enfermos y contagiados que no pueden salir de sus pequeños espacios.

Para nada somos una familia modelo, el caos telemático, las discusiones, escaqueos de tareas domésticas, altibajos de estados de ánimo, poca intimidad y escaso silencio; hacen que los momentos de tensión se generen, pero sin duda que la convivencia esté siendo tan buena, es obra de Dios, y de un esfuerzo constante por agradar, sonreír y pedir mucho perdón.

Nuestros días cotidianos están llenos de tele-estudio y tele-trabajo matutino, y muchas tareas a repartir: desde cocinar y limpiar, orden y bricolaje, hasta hacer faenas de campo y animales. Tampoco faltan las tardes de deporte con clases de batuka, noches de película o videoconferencia familiar, juegos de cartas, parchís y por supuesto de oración.

En una habitación hemos montado un oratorio, y es emocionante ver a toda la familia junta rezando el rosario y a veces se une telefónicamente algún familiar mayor que está solo. Hemos instalado una pantalla que nos permite participar de la misa de 11:00h. en Utrera donde en directo retransmite nuestro sobrino Javier, seminarista; o de la Parroquia San Sebastián de Sevilla por la tarde. Incluso a veces, acompañamos a Javier en su rezo de la Liturgia de las Horas, y despedimos el día con nuestra oración conyugal.

De esta Cuaresma siempre recordaremos la imagen tan sobrecogedora del Papa solo ante la inmensidad de la Plaza de San Pedro, reflejando el dolor de toda la humanidad… ¡como Cristo en la cruz!

Después de estos días de penitencia real, nos preparamos para una Semana Santa muy especial. Siempre vivimos la Semana Santa la familia al completo y con profunda devoción, y este será el primer Viernes Santo que no estemos todos físicamente unidos en nuestra Hermandad.

Este año el Domingo de Ramos cambiaremos las túnicas por ramas de palmas y olivos; el Jueves Santo, los cirios por cruces de palo; y el Viernes Santo la procesión en la calle, por un Via Crucis familiar. Catorce estaciones llenas de contenido que reflejan todos nuestros pecados, esos que Jesús carga en su cruz. Ante Cristo crucificado nos sentimos acogidos por su amor porque Él pasó por el sufrimiento extremo de la Pasión. No estamos solos; y junto a Él estaba su madre, la Santísima Virgen María que también sentimos muy cerca, dándonos esperanza y consuelo.

Esperamos que ante esta situación que vivimos de soledad, incertidumbre, tristeza y aislamiento reflexionemos sobre todos los cambios necesarios en nuestra vida, preparando en nuestro interior una verdadera conversión y encuentro con Cristo Resucitado…

¡A esta es!»

 

Familia Gutiérrez Báez

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