Curro Clemente es un joven misionero de Alcalá de Guadaira, de la parroquia de Santa María y San Miguel.
Desde muy joven sintió la necesidad de misionar como una forma de agradecer a Dios y a su familia por todo lo que le han dado y, de ese modo, colaborar «para que otros niños y niñas puedan tener una vida digna”.
Pese a su juventud, ya ha tenido dos experiencias misioneras en el extranjero, concretamente en Trujillo (Perú), en el Hogar Óscar Romero con niños empobrecidos.
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