Se estrena en cines el 25 de septiembre
“Una vez más, en su infinita bondad, Dios decidió acercarse al hombre. Y eligió a una sencilla muchacha de Polonia para transmitir la verdad de su misericordia y la necesidad que el hombre tiene de confiar en Él. Porque en la misericordia está la última esperanza de la salvación del mundo”. Así comienza La Divina Misericordia, un poderoso y completísimo docudrama sobre el origen, desarrollo y exponencial crecimiento de esta devoción, que tiene tres ‘protagonistas’ estelares: Dios, Santa Faustina Kowalska y San Juan Juan Pablo II.
En la década de 1930 Dios reveló a Faustina Kowalska un mensaje especial para nuestro tiempo. En una época marcada por el conflicto, la desesperación y la falta de respeto por la vida y la dignidad humanas, le dijo: “La humanidad no tendrá paz hasta que se vuelva con confianza hacia Mi misericordia”. Faustina escribió un diario de unas 600 páginas, donde registró las revelaciones que recibió de Jesús. Falleció con 33 años en 1938, fue beatificada por San Juan Pablo II en 1993 y canonizada en 2000 por el mismo santo Papa.
El realizador polaco Michał Kondrat ha escrito y dirigido esta película, que recrea de forma ficcionada la vida de Santa Faustina, enfatiza la veracidad de las apariciones de Jesús a la santa y suministra una amplia información sobre otros muchos aspectos, como la elaboración del cuadro de la Divina Misericordia y su similitud con el rostro de la Sábana Santa de Turín. Kondrat ha podido contar con cartas y documentos recientemente descubiertos, de modo que el filme arroja una nueva luz sobre la historia y la realidad de esta devoción universal.
La actriz polaca Kamila Kamińska pone rostro y ‘alma’ a la Hermana Faustina, con una interpretación cálida y serena que transmite muy bien el asombro de su propia elección. Y junto al asombro, la plena confianza en que se cumplirían a la letra los planes de Dios. Maciej Malysa, también polaco, da vida a una persona clave en la vida de Faustina: el Beato Padre Michał Sopócko, su confesor. Intervienen también, a través de valiosos testimonios, hombres y mujeres especialistas en la materia, que aportan interesantes datos y reflexiones desde variados puntos de vista: espiritual, histórico, científico…
Jesús confió a Santa Faustina: “Mi Corazón rebosa de gran misericordia por las almas, especialmente por los pobres pecadores. Es por ellos por quienes brotaron la Sangre y el Agua de Mi Corazón como de una fuente desbordante de misericordia. Que ningún alma tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata. Mi misericordia es mayor que tus pecados y los del mundo entero”. Tomemos nota.
Juan Jesús de Cózar