El caso de Cristo. Con este título tan directo se presentó en los cines españoles el 2 de marzo esta interesantísima película basada en un best seller escrito por Lee Strobel.
Periodista de investigación, Strobel era en 1980 un laureado y reconocido redactor del Chicago Tribune. Ateo declarado, su vida dio un vuelco cuando su esposa, Leslie, le confesó que se había convertido al cristianismo. Para liberar a su mujer de algo que él consideraba un engaño que podría romper su matrimonio, decidió realizar una exhaustiva investigación con el fin de desacreditar las creencias del cristianismo desde la ciencia, la filosofía y la historia. Varios años después, en 1998, Strobel vertió sus conclusiones en un libro que ya ha vendido más de 14 millones de ejemplares.
No era fácil adaptar a la gran pantalla un texto de estas características, pero Brian Bird y el propio Strobel logran urdir una trama principal hábilmente penetrada de dos subtramas paralelas que dinamizan el relato. Así, a la apasionada y apasionante búsqueda que emprende el periodista en relación con la veracidad de la muerte y resurrección de Jesucristo, se suman los avatares de la situación familiar y la investigación de un caso de intento de asesinato de un policía.
Mike Vogel, conocido sobre todo por su participación en Criadas y señoras (2011) y en la serie The Brave, interpreta a un Strobel brillante y vitalista. Junto a él, Erik Christensen como su sensible y sufrida esposa, y la veterana Faye Dunaway en un pequeño pero sustancioso papel.
La cinta ha sido producida por Pure Flix, una compañía norteamericana cada vez más prestigiosa que tiene muy claro su objetivo: “Brindar una experiencia cinematográfica saludable para toda su familia, que sea a la vez divertida, entretenida, inspiradora y educativa”. Con El caso de Cristo la productora obtuvo un nuevo éxito en Estados Unidos, logrando mantenerse durante dos semanas en el top ten.
Para Jon Gunn, el director, el filme es “una verdadera historia de amor: la de un matrimonio que lucha por un objetivo común”. Brian Bird espera despertar en los espectadores “anhelos de conocimiento, de entendimiento de sí mismos, de sus familias, del mundo, del universo y de Dios”.
Y Strobel, por su parte, invita a ver la película a creyentes y a no creyentes, porque –declara‑ “una de las características que hace único al cristianismo es que se trata de una fe investigable”. Y lanza un reto a quienes mantienen sus prejuicios: “¡Investiga! Haz lo que hice yo. Investiga y llega a tu propia conclusión”.
Juan Jesús de Cózar