La espiritualidad ecológica, es un aspecto integrante e importante de la Ecología integral, y esencial en el camino hacia una total sostenibilidad en el espíritu de Laudato Si´
Haciendo una lectura de la encíclica encontramos qué se entiende por esta espiritualidad “Estamos hablando de una actitud del corazón, que vive todo con serena atención, que sabe estar plenamente presente ante alguien sin estar pensando en lo que viene después, que se entrega a cada momento como don divino que debe ser plenamente vivido”.
Las convicciones de la fe ofrecen a los cristianos grandes motivaciones para el cuidado de la naturaleza y de los hermanos y hermanas más frágiles.
Espiritualidad Ecológica
Por ello es necesario promover una verdadera “espiritualidad ecológica”, basada en el seguimiento de Jesús, porque “Vivir la vocación de ser custodios de la obra de Dios es una parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana».
Esta espiritualidad se enraíza en una interpretación de los signos de los tiempos actuales a la luz del Evangelio y del encuentro personal con Jesús, que nos pide dedicar algo de tiempo para recuperar la serena armonía con la creación, para reflexionar acerca de nuestro estilo de vida y nuestros ideales, para contemplar al Creador.
Implica acoger el amor divino y adorar con confianza al Señor.
Nos permite interpretar el sentido y la belleza misteriosa de lo que acontece, y descubrir a través de cada cosa, alguna enseñanza que Dios nos quiere transmitir, porque para el creyente contemplar lo creado es también escuchar un mensaje, oír una voz paradójica y silenciosa.
Toda la naturaleza, además de manifestar a Dios, es lugar de su presencia.
En un reciente encuentro del Papa Francisco con las comunidades Laudato Si´, les presentó dos palabras claves en la ecología integral, fundamentales a su vez para una espiritualidad ecológica: contemplación y compasión.
Contemplar es regalarse tiempo para estar en silencio, para rezar, para que regresen al alma la armonía, el equilibrio sano entre la cabeza, el corazón y las manos, entre el pensamiento, el sentimiento y la acción… El que contempla aprende a sentir el terreno que lo sostiene, comprende que no está solo y sin sentido en el mundo. Descubre la ternura de la mirada de Dios … El que sabe contemplar, en efecto, no se queda de brazos cruzados, sino que actúa de forma concreta.
Y la compasión, fruto de la contemplación. Es padecer con. Lo opuesto a la indiferencia. El que tiene compasión, pasa del no me importas a eres importante para mí. Es una decisión: es elegir no tener ningún enemigo para ver en cada uno a mi prójimo. Y esta es una decisión. Quien tiene compasión entra en una dura lucha diaria contra el descarte y el despilfarro.
Vivir esta espiritualidad significa integrar la contemplación y la compasión, al estilo y con la mirada de Jesús.
-. Laudato SI´ ns 64, 73, 77, 88, 217 y 225, 226.
-. Discurso de Francisco a los participantes en el encuentro de las comunidades Laudato SI¨, 12-9-2020
Grupo Ecología Integral – Justicia y Paz
Para celebrar el final del Año Especial de Aniversario de la Laudato Si’, el Papa Francisco invita a los 1.300 millones de católicos del mundo a participar con alegría en la Semana Laudato Si’ 2021, que se celebrará del 16 al 24 de mayo.
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