¿Estás preparado para celebrar la Navidad?
¿Navidad?…pues antes de Navidad debemos saber que estamos a puertas de iniciar, nuevamente, este tiempo litúrgico preparatorio para el nacimiento del Niño Jesús, que llamamos: Adviento. ¿Estás preparado para iniciarlo? si la respuesta es no, pues acá te dejamos unos consejos a tomar en cuenta.
Recuerda que lo importante en Navidad no son los regalos, aunque se agradecen, si no nuestro corazón, por ello podemos comenzar por revisar ¿Cómo estamos? y hacer repaso por la finalidad el adviento que podemos centrarlo en tres partes:
– Recordar el pasado: Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.
– Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de nuestra vida diaria la «presencia de Jesucristo» en nosotros y, por nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del Señor, en la justicia y en el amor.
– Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la Parusía o segunda venida de Jesucristo en la «majestad de su gloria». Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a los que han creído en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.
Aprovechemos entonces este tiempo para pensar en qué tan buenos hemos sido hasta ahora y lo que vamos a hacer para ser mejores que antes. Es importante saber hacer un alto en la vida para pensar, reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios y con el prójimo. Todos los días podemos y debemos ser mejores, estamos llamados a ser santos y eso nos debe alentar frente a cualquier dificultad.
En Adviento debemos hacer un plan para que no sólo seamos buenos en Adviento sino siempre. Analizar qué es lo que más trabajo nos cuesta y hacer propósitos para evitar caer de nuevo en lo mismo.
Fuente: Catholic.net