La Cuaresma nos pide una sincera conversión del corazón, que comienza por recordar que no somos perfectos, que a veces «metemos la pata». Pues qué mejor que acudir a los brazos del Padre por medio del sacramento de la Penitencia.
En las edades más tempranas, es necesario dar unas indicaciones para que aprendan a confesar bien. Por ello, os dejamos un breve esquema de la confesión y un listado de preguntas con el que los niños podrán examinar su conciencia.